9 febrero, 2019
Si alguna vez dormiste con los lentes de contacto, usaste los lentes desechables más allá de la fecha prescripta o te metiste en la pileta sin sacártelos antes, es hora de empezar a revisar tus hábitos. ¿Por qué? Estas malas decisiones pueden causar graves infecciones en algunos casos.
Entre el 80 y el 90 por ciento de las infecciones oculares relacionadas con lentes de contacto son bacterianas. En muchos casos la responsable es una bacteria común pero difícil de tratar, conocida como Staphylococcus aureus.
Más allá de las bacterias, las infecciones fúngicas también son una potencial amenaza para la visión. A veces son causadas por un traumatismo en el ojo, pero una higiene incorrecta de los lentes de contacto también puede provocar este tipo de infecciones.
Las buenas noticias: en general estos problemas de salud ocular se pueden evitar cambiando algunos hábitos.
1. Dormir con los lentes
A pesar de lo que dicen los fabricantes sobre los lentes que son seguros para dormir, casi todos los estudios de infecciones encontraron un fuerte vínculo entre el riesgo de infección y el hábito de dormir con ellos.
Los especialistas recomiendan sacarse los lentes diariamente, aun cuando se usen los aprobados para uso continuo durante 30 días.
2. Usar los lentes más allá de su uso recomendado
Si los lentes están diseñados reemplazarse cada dos semanas, debe cambiarlos con esa frecuencia. De lo contrario se corre riesgo de generar abrasión en la córnea o exponer al ojo a bacterias que se acumulan en el interior del lente.
3. Higiene incorrecta
Nunca enjuagar los lentes de contacto con agua de la canilla ni meterlos en la boca. El agua de la canilla no es estéril y puede contener gérmenes capaces de causar infecciones muy graves.
Los lentes de contacto se deben limpiar con una solución comercial para lentes de contacto, siguiendo las instrucciones proporcionadas por el fabricante. Se debe limpiar y secar la caja todos los días. Además, hay que llenar con nueva solución en lugar de «cubrir» la solución del día anterior.
4. Restar importancia a los signos de infección
Si se experimenta dolor, enrojecimiento, visión borrosa o sensibilidad a la luz, los ojos pueden estar teniendo un problema que requiera atención médica.
Como regla general, si alguno de estos síntomas persiste durante más de 24 horas, se recomienda consultar a un oftalmólogo lo antes posible. Si los síntomas son graves, independientemente de la duración, se debe ver al paciente de inmediato.
Si se trata a tiempo, la mayoría de los problemas relacionados con los lentes de contacto no generan problemas de visión a largo plazo. Sin embargo, en casos graves, pueden causar cicatrices, visión reducida o llegar a la ceguera.
5. Cuidado con el agua
El agua puede contener agentes patógenos o contaminantes que causan las infecciones descritas anteriormente. Por ello no debería entrar en contacto con los ojos, especialmente si se usan lentes de contacto.
La natación presenta problemas específicos. Las piletas, lagos e incluso jacuzzis pueden albergar bacterias y microbios capaces de producir infecciones graves, como la queratitis por acanthamoeba. Causada por un tipo de ameba, este tipo de infección puede provocar discapacidad visual o incluso ceguera.
6. Examen anual
Las personas pueden no darse cuenta de que el ajuste de sus lentes puede cambiar a lo largo de sus vidas, y un chequeo anual puede determinar si se deben hacer ajustes.
FUENTE: CLINICA CLEVELAND
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