7 octubre, 2019
En los últimos días de septiembre la Secretaría de Salud de la Nación presentó la “Segunda Encuesta Nacional de Nutrición y Salud” y reveló datos alarmantes: El 41,1 por ciento de los chicos y adolescentes tiene sobrepeso y obesidad en la Argentina.
El dato corresponde a la población de niños, niñas y adolescentes de entre 5 y 17 años. También incluyó a niños menores de 5 años y adultos de ambos sexos. Confirmó que el sobrepeso y la obesidad son el principal problema de malnutrición del país. El trabajo de investigación abarcó a 22 mil personas de todo el país y de todas las edades, seleccionadas al azar, con representatividad regional y nacional.
Metodología de la encuesta
La encuesta comprendió entrevistas de autoreporte, mediciones antropométricas y bioquímicas. La encuesta mostró cifras alarmantes de sobrepeso y obesidad también en los adultos. El 68% de los adultos tienen exceso de peso por mediciones objetivas, un resultado muy similar al arrojado por la Cuarta Encuesta Nacional de Factores de Riesgo 2018.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define al sobrepeso y a la obesidad como «una acumulación anormal o excesiva de grasa que supone un riesgo para la salud». El sobrepeso y la obesidad constituyen uno de los principales problemas de salud pública de la actualidad a nivel mundial, el cual ha ido creciendo, llegando a triplicarse en los últimos 30 años. Hasta hace algunos años el sobrepeso y la obesidad eran considerados un problema de los países desarrollados, pero este escenario cambió radicalmente y la epidemia se extendió a una velocidad alarmante a los países de bajos y medianos ingresos, particularmente en las grandes ciudades.
Según el informe, en los niños de cero a cinco años, utilizando la nueva metodología de la OMS 2019, el exceso de peso alcanza el 13,6%, una cifra elevada si se tiene en cuenta que el exceso de peso esperado para esta edad es de 2,3%. Es importante señalar que los datos de sobrepeso y obesidad en menores de cinco años no son comparables a la primera ENNyS porque la metodología utilizada fue diferente.
En los niños menores de cinco años, la proporción de baja talla a nivel nacional fue de 7,9%, siendo de bajo peso 1,7% y de emaciación 1,6%. En los niños, niñas y adolescentes de 5 a 17, los resultados mostraron 1,4% de delgadez y 3,7% de baja talla. Los números confirman que el sobrepeso y la obesidad son el principal problema de malnutrición en el país, lo cual constituye una prioridad de salud pública.
¿Comen bien los argentinos?
El sobrepeso y la obesidad constituyen patologías multifactoriales. Se encuentran influenciadas por los cambios en la dieta y el estilo de vida resultante de la industrialización, la urbanización, el desarrollo económico y la globalización del mercado durante el último siglo que se traducen en una excesiva oferta constante de alimentos junto a un sedentarismo masivo. Todo ello se ha manifestado en un proceso de transición nutricional, caracterizado por la modificación de los patrones de alimentación.
Los malos hábitos en números:
La encuesta reveló cuales son los patrones de consumo y los datos no son alentadores:
– Solo un tercio de la población consume al menos una vez por día frutas y verduras.
– Solo 4 de cada 10 individuos consume lácteos recomendados diariamente.
– La mitad de la población consume carnes al menos una vez por día.
Por el contrario, el consumo de alimentos no recomendados es extremadamente alto:
-El 37% toma bebidas azucaradas diariamente.
-El 17% consume diariamente productos de pastelería y galletitas dulces
-El 36% y 15% consume productos de copetín (snaks) y golosinas al menos dos veces por semana.
Los datos de consumo confirman que el patrón alimentario se encuentra lejos de las recomendaciones de las Guías Alimentarias para la Población Argentina (GAPA) y es siempre menos saludable en niños que en adultos.
Estos patrones de malos hábitos de consumo se reflejan sobre todo en niños, niñas y adolescentes, ya que consumen un 40% más de bebidas azucaradas, el doble de productos de pastelería y galletitas dulces, el doble de productos de copetín (snacks) y el triple de golosinas respecto de los adultos, todos ellos alimentos con altos niveles de azúcar, grasa y sal.
A su vez el patrón alimentario es siempre menos saludable en los grupos sociales en situación de mayor vulnerabilidad que consumen la mitad de las frutas, un 40% menos de lácteos, y más del doble de bebidas azucaradas, el doble de productos de copetín, que las personas de los dos quintiles más altos.
Otros factores que contribuyen
Otros de los factores que indicen en el peso son la falta de políticas en los establecimientos educativos y la ausencia de “kioscos saludables”: la provisión de frutas y lácteos es muy baja (21,5% frutas frescas y 30,3% yogur, postres lácteos o leches). En el caso de la provisión de agua sólo el 57% de los estudiantes reportaron que la escuela la ofrece siempre.
El 70% menciona que se provee de alimentos no recomendados por su elevado contenido de nutrientes críticos (como facturas, productos de pastelería, galletitas dulces y cereales con azúcar). Incluso 1 de cada 4 estudiantes refirió que la escuela le provee bebidas azucaradas. Casi 8 de cada 10 chicos refirió que su escuela tiene kiosco y los productos más comprados por los chicos en la última semana fueron golosinas y bebidas azucaradas.
La influencia de la publicidad
Otro de los factores que evidencia los patrones de consumo es la publicidad: el 21,5% de los adultos refirió haber comprado en la última semana un producto porque lo vio publicitado.
También confirma la influencia que tiene en los niños, ya que el 23,5% de los padres compraron un producto porque sus hijos lo vieron en una publicidad, solo en la última semana.
Sobre la Segunda Encuesta Nacional de Nutrición y Salud
La primera ENNyS se realizó en el año 2005, e incluyó solamente niños y niñas de hasta 5 años, y mujeres en edad fértil. La nueva edición amplía la población en estudio y la extiende a NNyA de 0 a 17 años y adultos de más de 18 de ambos sexos.
En la implementación de la encuesta participaron la Dirección Nacional de Maternidad, Infancia y Adolescencia y la Dirección Nacional de Promoción de la Salud y Control de Enfermedades No Transmisibles de la Secretaría de Gobierno de Salud del Ministerio de Salud y Desarrollo Social, además del apoyo de UNICEF.
PENSAR SALUD
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