28 octubre, 2019
Argentina es unos de los países a nivel mundial con mayor consumo de gaseosas y bebidas azucaradas con un promedio de 137 litros por persona por año, indica un informe de la Subsecretaría de Bienestar Ciudadano del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Esto representa un aporte de 13 kilos de azúcar al año.
Según un estudio de Centro de Estudios sobre Nutrición Infantil CESNI del año 2016 (uno de los últimos que se produjo al respecto), se incrementó el consumo de gaseosas y jugos en un 70% en los últimos 20 años.
Se consideran bebidas azucaradas todas aquellas que poseen azúcar u otros endulzantes artificiales como por ejemplo jarabe de maíz, dextrosa, fructosa, miel, sirope (jarabe) y melaza, entre otros. Esto incluye a todas las gaseosas y también a los jugos concentrados de fruta y limonadas artificiales, así como también las bebidas deportivas.
Se estima que diariamente un adulto debe reponer entre 2 y 2,5 litros de agua. Los alimentos aportan entre el 20% y el 30% del agua que se consume, aunque estos valores varían según el tipo. El 70% y 80% restante es aportado por bebidas como agua, jugos, gaseosas, sopas, leche, infusiones, etc. El resto es agua metabólica, producida por el organismo.
El cuerpo pierde agua durante la respiración, en la orina, en la materia fecal y en el sudor. Cuando la pérdida supera al ingreso se produce deshidratación. Las Guías Alimentarias para la Población Argentina recomiendan el consumo de dos litros de agua por día.
Qué efectos tiene en nuestro cuerpo el consumo de bebidas azucaradas
- El exceso de azúcar lleva al exceso de peso y, a partir de allí, la resistencia a la insulina, es decir, que nuestro cuerpo no es capaz de fabricar la cantidad necesaria de esa hormona para metabolizar todo el azúcar que ingerimos.
- A su vez, provoca el aumento del riesgo diabetes tipo 2 y se altere el metabolismo de las grasas, concentrándose en la zona abdominal, lo que incrementa el riesgo cardiovascular.
- Pero ahí no queda la cosa, el exceso de azúcar también incide en las células de las paredes de los vasos sanguíneos, favoreciendo el desarrollo de aterosclerosis, lo que conduce a tener un mayor riesgo de infarto agudo de miocardio o ictus.
- El azúcar de las bebidas interactúa con las bacterias de la boca formando un ácido que ataca a los dientes. Las bebidas regulares son peores porque tienen azúcar, pero incluso las bebidas dietéticas afectan tu salud dental, por los ácidos propios que contienen.
- Para obtener el mayor beneficio para el corazón y cerebro, se deben consumir más frutas, vegetales y alimentos con granos integrales y proteínas saludables. Además, se deben evitar los alimentos con azúcares agregados, calorías y grasas no saludables.
El consumo diario aumenta el riesgo de muerte prematura
Un estudio publicado por la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard y cuyos resultados se publicaron en la revista Circulation, también encontró que beber una bebida endulzada artificialmente por día en lugar de una bebida azucarada redujo el riesgo de muerte prematura. Sin embargo, beber diariamente cuatro bebidas endulzadas con azúcar se asoció con un mayor riesgo de mortalidad temprana.
Cuanto mayor es el consumo de bebidas azucaradas, mayor es el riesgo que tiene una persona de morir en forma prematura, en primer lugar por enfermedades cardiovasculares y, en menor medida, por cáncer. Y este riesgo aumenta aún más en el caso de las mujeres.
«Nuestros resultados brindan apoyo adicional para limitar el consumo de bebidas azucaradas y reemplazarlos con otras bebidas, preferiblemente agua, para mejorar la salud general y la longevidad», dijo Vasanti Malik, científico investigador del Departamento de Nutrición y autor principal de la investigación.
El sobrepeso y la obesidad en Argentina
El 61,6% de los argentinos tiene exceso de peso, en una proporción de 36,2% de personas con sobrepeso y 25,4% con obesidad, según datos de la 4º Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR) realizada por la Secretaría de Gobierno de Salud y el INDEC, y presentada hoy por sus máximas autoridades, ante representantes de OPS, UNICEF, FAO, sociedades científicas, y integrantes de la Defensoría del Pueblo de la Nación y universidades.
La epidemia que avanza
Los datos confirman el avance de la epidemia, si se considera que la obesidad alcanza a un cuarto de la población y aumentó desde 2005 casi 11 puntos porcentuales, ya que en la primera encuesta este indicador arrojo que el 14,6% de la población encuestada registraba algún grado de obesidad.
“Los resultados que estamos viendo confirman todas nuestra sospechas, el sobrepeso y la obesidad lejos de ser un problema que se está deteniendo, es un problema que se está acelerando”, indicó el secretario de Gobierno de Salud, Adolfo Rubinstein.
PENSAR SALUD
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