27 febrero, 2023
Próximos al ingreso escolar los establecimientos educativos condicionan el inicio a que las familias de los estudiantes presenten constancia de algunos controles de salud. El primero imprescindible es el carnet de vacunación con las inmunizaciones al día. Se realiza control odontológico, además. Pero también es preciso el control oftalmológico a los seis años, un chequeo que todo parece indicar se tornará cada año mas crítico. ¿Por qué esta preocupando a los especialistas la salud visual de los chicos y cómo evolucionan los resultados de este control obligatorio de la vista en el ingreso escolar?
Un control cada vez mas decisivo, no solo en el ingreso escolar
La percepción visual es muy importante en el proceso de aprender a leer. A su vez, cerca del 80% de la información que recibe nuestro cerebro es visual. Una falla en habilidades visuales puede causar un problema de aprendizaje.
En 2021 y 2022 varios estudios informaron sobre un aumento de problemas visuales debido a un mayor uso de las pantallas por el confinamiento para detener al COVID-19. En niños, muchas de estas patologías comenzaron a detectarse en los exámenes para el ingreso escolar. Por este motivo, los expertos subrayan la importancia de estos controles oftalmológicos.
“Las pesquisas de alteraciones visuales realizadas antes del ingreso escolar permiten detectar precozmente patologías, mejorando el desempeño escolar y la integración social”, explican desde la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) y la Sociedad Argentina de Oftalmología Infantil (SAOI), en un reciente comunicado conjunto.
“Se recomienda realizar controles al inicio de clases en cada año y no solo al ingreso escolar. De esta manera, nos aseguramos de que el niño esté en condiciones de salud adecuadas para su desarrollo”, asegura Micaela Varela, coordinadora del sector de Oftalmología de los Controles Escolares del Hospital Universitario Austral.
Según la Organización Mundial de la Salud, para el 2050 dos de cada tres personas en el mundo serán miopes. Hay 7,5 millones de niños en edad escolar en el mundo con alguna deficiencia visual, pero sólo el 25% presenta síntomas.
En qué consiste el control obligatorio de la vista en el ingreso escolar
“El control debe estar enfocado en las características particulares del sistema visual de los niños, que está inmaduro y en crecimiento. Los adolescentes siguen teniendo un sistema visual aun en crecimiento, que puede ser vulnerado por el uso desmedido de las pantallas”, apunta Víctor Reviglio, jefe del servicio de Oftalmología del Sanatorio Allende de Córdoba.
Según la SAP y la SAOI, el control oftalmológico para el ingreso escolar se divide en tres:
- Antecedentes personales. Se consulta al padre/madre sobre prematurez, enfermedades congénitas o connatales, sufrimiento fetal, hipoxia perinatal y enfermedades de base.
- Antecedentes familiares. Historial familiar sobre alteraciones de la visión como estrabismo, retinoblastoma, cataratas congénitas, glaucoma, tumores oculares y otras patologías con mayores probabilidades de desarrollarse durante la infancia.
- Examen oftalmológico. El médico especialista debe evaluar agudeza visual, motilidad ocular, visión de colores, estudio de refracción y fondo de ojos con dilatación pupilar en los casos que sea necesario.
Control de la vista al nacer
Paula López, también oftalmóloga del Sanatorio Allende, recuerda que históricamente el control con el oftalmólogo se realizaba solo cuando los niños comenzaban la etapa escolar o cuando los padres notaban algún comportamiento que les llamaba la atención (acercarse al televisor, entrecerrar los ojos).
“En los últimos años, en consenso con los pediatras, los controles oftalmológicos se realizan desde los primeros meses de vida. El crecimiento del ojo del niño puede estar afectado por diferentes disturbios visuales (anomalías congénitas, infecciones, alteraciones en la anatomía del ojo) que deben ser detectadas a tiempo para poder ser tratadas. Son tan importantes los exámenes de rutina en el recién nacido como los controles periódicos de la agudeza visual a medida que el niño crece”, apunta.
Signos y síntomas de problemas visuales
Muchas veces los niños que tienen problemas visuales no manifiestan los síntomas. Si el problema está en un ojo, el cerebro corrige automáticamente este problema. Pero eso genera un desgaste temprano del sistema visual.
“Con el comienzo de la escolaridad suelen detectarse alteraciones visuales que pueden pasar desapercibidas en el hogar. Los niños no siempre manifiestan que no ven, ya sea porque siempre vieron así y lo consideran normal o porque no saben expresarlo. Por eso es muy importante realizar los controles anuales”, explica Varela.
Los padres y madres deben estar atentos a algunos síntomas, signos y molestias. Por ejemplo:
- Problemas para leer el pizarrón en clase.
- Dificultades para leer.
- Déficit de atención y concentración y/o bajo rendimiento escolar.
- El niño se acerca demasiado al televisor y a los objetos para verlos.
- Desvía un ojo de forma permanente o intermitente.
- Presenta dolores de cabeza recurrentes.
- Entrecierra los ojos para ver mejor.
- Presenta una baja coordinación ojos-mano, por ejemplo, al intentar atrapar una pelota.
- Tiene conjuntivitis u orzuelos a repetición.
Patologías visuales más frecuentes durante la infancia
Reviglio y López aseguran que con el uso intensivo de los dispositivos electrónicos se ha demostrado el aumento de patologías oculares. Las principales son:
Ojo seco. Es una alteración en la superficie ocular que se da por la disminución del parpadeo.
Estrabismos agudos. Hay una alteración de los movimientos de convergencia de los dos ojos, consecuencia de la fijación constante a una corta distancia por el uso de pantallas.
Miopía. Es el aumento más relevante tras la pandemia. “Es un problema muy importante en la salud visual, no solo por el defecto en sí, sino también por aumentar el riesgo a padecer otras patologías oculares como cataratas o desprendimiento de retina, entre otras”, comenta Reviglio.
Y López agrega: “Está demostrado que la menor exposición a la luz natural y pasar más tiempo en ambientes cerrados frente a computadoras, televisión y celulares predispone al desarrollo de la miopía”.
Varela también señala que durante la niñez puede haber “otros vicios de refracción” como la hipermetropía, dificultad para ver de cerca; o astigmatismos, cuando la visión borrosa es general.
Y pueden existir otras alteraciones como cataratas, inmadurez retinal, infecciones e incluso tumores oculares, que pueden poner en riesgo la vida del paciente.
Menos pantallas, por favor
Para Varela es fundamental que los niños realicen un buen uso de dispositivos electrónicos con no más de dos horas diarias de pantallas. Además se deben fomentar actividades al aire libre con exposición a la luz solar natural. “La alimentación saludable también es importante para lograr un buen desarrollo visual”, agrega.
Según López, estudios científicos demuestran que episodios de 20 minutos de uso continuo de pantallas se asociaron con más errores refractivos miopes, particularmente en aquellos con baja exposición al aire libre. “Se sugiere que los descansos frecuentes deberían convertirse en una recomendación para el uso de teléfono inteligentes en los adolescentes”, apunta.
Por Lucas Viano @LucasViano
REDACCIÓN PENSAR SALUD
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