
7 abril, 2025
Las vacunas son una de las herramientas más poderosas y seguras para prevenir enfermedades graves, muchas de ellas potencialmente mortales. Sin embargo, su eficacia depende en gran medida de una condición clave: respetar los tiempos indicados por el Calendario Nacional de Vacunación. En 2025, renovar el compromiso con esta práctica es esencial para proteger la salud individual y colectiva, especialmente en un contexto de recuperación sanitaria y aumento de enfermedades inmunoprevenibles en varias regiones del mundo.
¿Por qué es importante seguir el calendario de vacunación?
El calendario de vacunación no es una sugerencia: es una guía científica basada en evidencia, que establece cuándo aplicar cada dosis para garantizar la máxima protección. Cada vacuna está diseñada para actuar en un momento preciso del desarrollo inmunológico del cuerpo, ya sea en la infancia, la adolescencia, el embarazo o la adultez.
Vacunarse fuera de tiempo puede dejar “ventanas de vulnerabilidad” en las que el organismo no está protegido frente a virus y bacterias que siguen circulando. Algunas enfermedades prevenibles con vacunas, como el sarampión, la tos convulsa o la hepatitis B, pueden volver a aparecer si se pierde la cobertura poblacional.
¿A quiénes alcanza el calendario?
El Calendario Nacional de Vacunación argentino es gratuito y obligatorio para todas las etapas de la vida:
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Niños y niñas: desde el nacimiento hasta los 11 años, con esquemas completos y refuerzos clave.
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Adolescentes: con vacunas como HPV, meningococo y COVID-19.
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Personas gestantes: para proteger tanto a la madre como al recién nacido (antigripal, triple bacteriana acelular, COVID-19, VSR).
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Adultos y mayores de 65 años: con refuerzos antitetánicos, antigripal y neumocócicas, entre otras.
Además, las personas con factores de riesgo tienen esquemas especiales según indicación médica.
¿Cómo no olvidar las vacunas?
Sabemos que la rutina diaria, el trabajo y el cuidado de la familia pueden hacer que posterguemos las visitas al vacunatorio. Pero incorporar la vacunación como parte de los controles de salud regulares es una forma práctica y eficaz de mantenerse al día.
Aquí van algunas recomendaciones simples para no olvidar ninguna dosis:
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Solicitá y conservá el carnet de vacunación. Es tu guía personal de protección. Si lo perdiste, podés pedir una copia en tu centro de salud.
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Agendá recordatorios. Usá alarmas en el celular o una app de salud para marcar las fechas de vacunas.
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Consultá durante cada visita médica. Pediatras, clínicos, obstetras y enfermeros pueden ayudarte a verificar si falta alguna dosis.
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Revisá el calendario al inicio del año escolar. Es un buen momento para chequear el esquema de tus hijos e hijas.
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Aprovechá las campañas nacionales. En otoño, invierno y primavera se suelen reforzar campañas específicas (antigripal, VSR, HPV, etc.).
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Compartí la información con tu entorno. Hablar de vacunación en tu grupo familiar o laboral multiplica la conciencia y el compromiso.
Vacunarse es un acto de cuidado
Cumplir con el calendario de vacunación no es solo una responsabilidad individual: es un acto solidario que ayuda a proteger a toda la comunidad, especialmente a quienes no pueden vacunarse por razones médicas. En un mundo interconectado, donde las enfermedades cruzan fronteras y resurgen donde se bajan las defensas colectivas, vacunarse a tiempo es un derecho y también un deber social.
En 2025, que no se te pase: revisá tu carnet, agendá las fechas y mantené al día tu protección. Las vacunas salvan vidas… pero solo si se aplican a tiempo.
OSPAT PARA TODOS