3 marzo, 2022
La enfermedad de Alzheimer sobrevuela a la humanidad como un buitre en el desierto. ¿Hay alguna forma de hablar de la prevención del Alzheimer mediante una dieta adecuada? Los especialistas apuestan a que sí.
Se estima que los casos aumentarán en todo el mundo a medida de que la población viva más años. El pronóstico ya puede palparse en las 55 millones de personas que viven hoy con demencia.
Esta enfermedad neurológica – que incluye al Alzheimer- afectará al triple de personas que hoy en el año 2050, según un estudio global publicado en la revista científica The Lancet Public Health.
Prevención del Alzheimer
En la Argentina, en 2019, se contabilizaban aproximadamente 413.000 casos de demencia. En 2050, se estima que la demencia alcanzará a más de 890.000 argentinos, lo que significa un aumento promedio de 116%. Con sólo pensar en la necesidad de hospitales gerontológicos y personal especializado para atender a estas personas, se comprende la imperiosa necesidad de trabajar en la prevención del Alzheimer o, al menos, el posponer la eclosión de la enfermedad.
No se trata sólo de nuevos fármacos –como el controvertido adecanumab- que frenen el desarrollo de las placas amiloides que invaden el cerebro de las personas con Alzheimer en forma progresiva. Se trata, también, de modificar el estilo de vida lo antes posible. De adoptar el hábito de moverse a diario y alimentarse bien, no fumar y estimular las funciones cognitivas con el aprendizaje de nuevos temas o idiomas, la práctica de juegos de mesa y –algo generalmente poco tomado en cuenta- el fomento a la interacción social de las personas mientras van envejeciendo.
El acceso a la educación también es una herramienta formidable para disminuir los 153 millones de casos de demencia que se pronostican para dentro de 30 años en el mundo. En verdad, los cuatro factores determinantes de esta enfermedad neurodegenerativa que afecta el pensamiento, la memoria y la posibilidad de planificar son:
- el tabaquismo,
- la obesidad,
- la hipertensión y
- el bajo nivel educativo.
“Necesitamos enfocarnos más en la prevención y en el control de los factores de riesgo antes de que resulten en demencia”, subrayó Emma Nichols, investigadora de la Universidad de Washington, en Estados Unidos. “Incluso los avances más modestos en la prevención de la demencia o en frenar su progresión pagaría grandes dividendos. Para tener el impacto mayor, tenemos que escalar programas locales de bajo costo que promuevan dietas más saludables, más ejercicio, dejar de fumar y tener mejor acceso a la educación”. También, hay que invertir en investigaciones para identificar tratamientos efectivos, que brillan por su ausencia en el Alzheimer.
Factores de riesgo para el Alzheimer
Según una estimación realizada en 2020, se podrían evitar el 40% de las demencias si se controlaran o eliminaran 12 factores de riesgo:
- Baja educación
- Golpes en la cabeza
- Alta presión arterial
- Discapacidad auditiva
- Tabaquismo
- Obesidad en la mitad de la vida
- Depresión
- Inactividad física
- Diabetes
- Aislamiento social
- Consumo excesivo de alcohol
- Contaminación del aire
Prevención de Alzheimer: alimentación adecuada contra el deterioro cognitivo
Por supuesto, muchos de estos factores están en manos de gobiernos y organizaciones, pero las personas también pueden tomar en sus manos la prevención de Alzheimer. Una alimentación balanceada, con abundancia de frutas y verduras, poca azúcar y menos sal, puede colaborar no sólo a disminuir el riesgo de demencia sino también las enfermedades cardiovasculares.
Tanto la dieta DASH como la Mediterránea han demostrado ser beneficiosas para la salud cerebral y cardiovascular. Combinadas bajo el nombre de “dieta MIND” para pacientes con enfermedades neurodegenerativas.
Alzheimer y una dieta adecuada ¿Qué incluye la dieta MIND?
Esta dieta incluye granos enteros, verduras y frutas coloridas, pescado, nueces, semillas, lácteos descremados y poca carne roja. De esta manera, ayuda a mantener las neuronas ágiles y la sangre, fluida.
Promueve alimentarse a partir de 10 grupos de alimentos. Se evitan carnes rojas, quesos, manteca, margarina, dulces, fritos y comida chatarra. La recomendación de la Dieta MIND es:
-Vegetales de hoja verde: 6 porciones por semana (mínimo)
-Otros vegetales: 1 porción diaria
-Berries (bayas): 2 porciones por semana
-Granos enteros: 3 porciones por día
-Pescado: 1 vez por semana
-Pollo: 2 veces por semana
-Legumbres: 3 porciones por semana
-Nueces: 5 porciones por semana
-Vino: 1 copa por día (máximo)
-Aceite de oliva
Respecto del aceite de oliva, un nuevo estudio publicado en el Journal of the American College of Cardiology mostró que puede disminuir la mortalidad tanto en hombres como en mujeres. Consumir la mitad de una cucharita de aceite de oliva por día –preferentemente, extra virgen- disminuye un 29% el riesgo de morir por una enfermedad neurodegenerativa como el Alzheimer.
Los vegetales verdes (lechuga, espinaca, kale), los arándanos, grosellas y uvas, los tomates deberían formar parte de las comidas cotidianas, así como también el pescado, el pollo, las legumbres. Consumir la dieta MIND durante cuatro años y medio consiguió una reducción significativa del riesgo de Alzheimer y una limitación del deterioro cognitivo.
Mientras no exista una vacuna contra la enfermedad, la mejor forma de ocuparse es apuntar a la prevención del Alzheimer. Esto es controlar los factores de riesgo, empezando por una alimentación adecuada.
Por Alejandra Folgarait @alefolgarait
REDACCIÓN PENSAR SALUD
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