22 junio, 2020
El 8 de diciembre del año pasado se registró el primer caso de coronavirus (COVID-19) en China. El 11 de marzo la Organización Mundial de la Salud declaró la pandemia. Al 22 de junio ya son cerca de 9 millones los casos de contagios confirmados en el mundo. En siete meses, el virus paralizó el mundo. ¿Cuál es la razón por la que se propaga tan fácilmente entre las personas?
Investigadores de diversos países trabajan para dar una respuesta. Resolver el enigma servirá para el desarrollo de la vacuna o un tratamiento que le ponga freno a la enfermedad. Algunos han logrado identificar características microscópicas que podrían explicar las razones por las que el COVID 19 es más infeccioso que otros coronavirus como el SARS (Síndrome Respiratorio Agudo Severo).
Una proteína en forma de espiga, la clave
Para infectar el cuerpo humano, los coronavirus usan una proteína con forma de “espiga” que le permite unirse a una membrana celular. Este proceso es activado por determinadas enzimas celulares.
Según los investigadores, la proteína espiga difiere de la del resto de los coronavirus y sugieren que tiene un sitio activado por una enzima de la célula huésped llamada furina.
La célula furina se encuentra en muchos tejidos humanos, incluidos los pulmones, el hígado y el intestino delgado, lo que significa que el virus tiene el potencial de atacar múltiples órganos, dice Li Hua, biólogo estructural de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Huazhong en una publicación de la Revista Nature.
El hallazgo podría explicar algunos de los síntomas observados en las personas con el coronavirus, tales como insuficiencia hepática, dice Li, quien fue coautor de un análisis genético del virus.
El sitio de activación de furina «establece el virus de manera muy diferente al SARS en términos de su entrada en las células, y posiblemente afecta la estabilidad del virus y, por lo tanto, la transmisión», dice Gary Whittaker, virólogo de la Universidad de Cornell en Ithaca, Nueva York. El SARS y otros coronavirus del mismo género que el COVID 19 no tienen sitios de activación de furina.
Los avances hacia la vacuna
El equipo de Li también está buscando moléculas que bloqueen la furina, que podrían investigarse como posibles terapias.
Otro grupo de investigadores en Texas sostiene que el COVID 19 es tan contagioso debido a que la proteína espiga se une a un receptor en las células humanas que la vuelve al menos diez veces más fuerte que la proteína espiga en el virus del SARS.
Los hallazgos de la proteína presente en el virus y el receptor humano son un primer paso para encontrar una cura.
«Comprender la transmisión del virus es clave para su contención y prevención futura», dice David Veesler, un virólogo estructural de la Universidad de Washington en Seattle.
Argentina también está carrera hacia una vacuna contra el Covid19. Un equipo de científicos del CONICET y la Universidad de San Martín (UNSAM) lleva adelante esta iniciativa, la primera de este tipo en Latinoamérica. El proyecto lo lidera la doctora Juliana Cassataro, especialista en inmunología, enfermedades infecciosas y desarrollo de vacunas.
Coronavirus en todos lados
Según la OMS, Latinoamérica se ha convertido en nuevo epicentro mundial del Covid-19. Brasil está al borde de superar el medio millón de casos y las 29.000 muertes, Perú superó los 155.000 contagios y Chile se aproxima a los 100.000, con mil fallecimientos.
En Argentina, el aislamiento social, preventivo y obligatorio se extiende formalmente hasta el 7 de junio, pero desde el Gobierno ya adelantaron que la medida se extenderá más allá de esa fecha. Al 1 de junio se registraron en el país más de 16 mil casos y 500 muertes. Preocupa el vertiginoso crecimiento de la curva de contagios estos últimos días en Ciudad y provincia de Buenos Aires.
El COVID 19 se contagia por contacto con un infectado por el virus. La enfermedad puede propagarse de persona a persona a través de las gotículas procedentes de la nariz o la boca que salen despedidas cuando alguien tose o exhala. Estas gotículas caen sobre los objetos y superficies que rodean a la persona, de modo que otras personas pueden contraer la COVID-19 si tocan estos objetos o superficies y luego se tocan los ojos, la nariz o la boca. Por eso es importante mantenerse a más de 1 metro (3 pies) de distancia de una persona que se encuentre enferma.
PENSAR SALUD
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