15 marzo, 2017
Si bien tanto padres como pediatras consideran habitualmente que es una enfermedad de los adultos sin impacto real en la salud infantil, la presión arterial elevada tiene en niños una relevancia estadística similar, por ejemplo, al asma.
La situación representa un problema de salud pública de importancia al que es urgente prestar atención. En el mismo sentido, al bajo nivel de actividad física en la infancia que están demostrando las estadísticas mundiales.
En un contexto en que hipertensión arterial «se incrementa en proporciones epidémicas», se entiende que la detección de presión arterial elevada en niños puede contribuir a prevenirla en la adultez.
Así se asegura en un trabajo de investigación reciente* presentado en Archivos Argentinos de Pediatría que releva ampliamente los estudios académicos publicados al respecto durante los últimos 25 años.
Las cifras
«Datos recientes muestran que la prevalencia de presión arterial elevada (PAE) en pediatría no es mucho más baja que la de otras enfermedades comunes de la infancia, como el trastorno por déficit de atención con hiperactividad o el asma (9% de prevalencia), y es mucho más alta que la de algunos trastornos que reciben mucha más atención, como el autismo o la epilepsia (con prevalencias del 1%).»
La investigación, publicada este año, estima que la prevalencia de PAE en niños y adolescentes escolarizados de zonas urbanas fue de 7,35%.
«Los datos surgidos de esta revisión sistemática indican que, en Argentina, más de 1 de cada 20 niños y adolescentes escolarizados presentan presión arterial elevada».
En consonancia con los datos que arroja esta investigación se llama la atención sobre el hecho de que son coherentes con la prevalencia de 6,07% que se expresa en la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición (1999-2010) de Estados Unidos sobre niños y adolescentes.
La ciencia médica ha demostrado recientemente, por otra parte, que la presión arterial elevada pediátrica es mayor en los países de ingresos medianos y bajos.
Por otro lado, se reporta una prevalencia promedio de obesidad de 11,5%. También una prevalencia de sobrepeso del 15,4%.
Respecto a factores de riesgo, el más prevalente fue el sedentarismo con un valor de 50%. Llama la atención que este guarismo parece evidenciar valores por encima de los que oportunamente había arrojado la Encuesta Mundial de Salud Escolar (Ministerio de Salud Argentina/OPS).
Son escasas las investigaciones a gran escala en Argentina sobre este tema. Como queda expresado en el trabajo: «La forma “ideal” para determinar la prevalencia de hipertensión arterial (HTA) pediátrica en Argentina sería llevar a cabo una encuesta a nivel nacional (…) en las que se midiera la presión arterial en diferentes y múltiples visitas para confirmar el diagnóstico de HTA establecida.»
Queda pendiente la imprescindible investigación futura de un tema que se torna urgente.
*Presión arterial elevada en niños y adolescentes escolarizados de Argentina en los últimos 25 años: revisión sistemática de estudios observacionales» . Dr. Alejandro Díaza y Dra. Luciana Calandrab. Arch Argent Pediatr 2017. Texto completo de la investigación: v115n1a03
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