"Una salud", para cuidar el equilibrio ambiental entre animales y humanos

8 junio, 2022

Ya sean murciélagos, pangolines u otras especies, el coronavirus llegó a las personas por un mal vínculo ambiental entre animales y humanos, y por la presión que la civilización ejerce sobre el hábitat de la fauna. Cuidar la salud de los seres humanos demanda con urgencia cuidar la salud del ambiente. Este enfoque se sintetiza en la idea de «Una salud» y está centrado en cuidar el equilibrio ambiental entre animales y humanos.

Por su parte, el término zoonosis designa a aquellas enfermedades o infecciones en animales, producidas por diferentes agentes infecciosos, que bajo determinadas circunstancias pueden ser transmitidas al hombre en condiciones naturales. De prevenirlas es de lo que se trata. Vigilando cómo interactúan animales y personas en un mismo ambiente.

¿Qué significa «Una salud»?

Desde hace algunos años los organismos internacionales exhortan a abordar la salud como una sola (One Health), con un enfoque multidisciplinario. La razón es que está ampliamente demostrado que la salud de las personas, de los animales y de los ecosistemas están estrechamente vinculadas.

Algunas preocupaciones comunes desde la perspectiva de «Una salud» son:

La resistencia a los antimicrobianos.
La reemergencia de enfermedades transmitidas por vectores como el dengue, zika y chikunguña.
La seguridad alimentaria.
La aparición de enfermedades infecciosas.

Sobre este último punto, ahora sorprende la enfermedad conocida como viruela de mono. Sin embargo, los brotes venían en aumento desde hacía años en África, donde es endémica. El desmonte de la región donde viven los animales reservorios del virus está generando un contacto más frecuente del patógeno con los humanos.

Una salud, el equilibrio ambiental entre animales y humanos

“El enfoque Una Salud ha resurgido por la pandemia y ahora tomará más relevancia. Pero en realidad siempre ha sido la forma en que deberíamos abordar las enfermedades. Porque somos parte de un ecosistema junto con otros animales. Hay que buscar la manera de vivir en equilibrio con las demás especies”, asegura Andrea Gómez Bravo, experta en control de plagas y gerente de Gestión de la Fundación Mundo Sano.

Gráfico explicativo sobre el enfoque Una Salud

El 60% de la enfermedades infecciosas humanas son de origen animal. Natalia Casas, técnica del Ministerio de Salud de la Nación e integrante del Panel de Expertos de Alto Nivel de «Una Salud» conformado por la FAO, la OIE, el PNUMA y la OMS, asegura que la emergencia de zoonosis es más frecuente de lo pensado.

¿Cuáles son las zoonosis más conocidas?

Las zoonosis más conocidas de los últimos años son las siguientes (por orden de año de surgimiento o recrudecimiento):

2004. Sars-Cov.
2010. Gripe porcina.
2012. Mers-Cov.
2013. Influenza aviar.
2014. Ébola.
2016. Zika.
2017. Ébola.
2020. Sars-Cov-2.

“La producción animal y la agricultura intensivas, la migración, la contaminación y el cambio climático provocan un aumento en las interacciones entre personas, animales y el ambiente”, explicó en una charla sobre enfermedades desatendidas organizada por la Fundación Mundo Sano.

Sobre este punto, Gómez Bravo comenta: “Hay que reflexionar hasta dónde los humanos pueden llegar a hacer uso de los ecosistemas y de sus suelos. No hay que crear situaciones de desequilibrio en el hábitat de los animales y obligar a que se desplacen a zonas habitadas. Eso aumenta la posibilidad de que surjan nuevas zoonosis”.

Enfermedades endémicas en Argentina

La emergencia de nuevas enfermedades es la que genera más atención mediática, pero Casas recordó que en Argentina todavía tienen lugar zoonosis endémicas que persisten desde hace décadas. Entre ellas están:

Rabia.
Hidatidosis.
Leptospirosis.
Triquinosis.
Hantavirus.
Brucelosis.
Síndrome Urémico Hemolítico (SUH).
Psitacosis.
Toxocariosis.
Toxoplasmosis
Fiebre Hemorrágica Argentina.
Leishmaniasis.
Fiebre amarilla.
Encefalitis de Saint Louis y de West Nile.

Cómo se enfrenta la hidatidosis en Argentina

Casas ofrece el ejemplo de cómo se está abordando la hidatidosis (o equinococosis quística) en Argentina. Es una enfermedad provocada por un parásito que los perros eliminan con las heces. Se puede prevenir desparasitando a las mascotas, mejorando la higiene del hogar, el perihogar y durante la faena de animales que tienen el parásito.

“Mientras que Senasa trabaja con animales de producción, desde el Ministerio de Salud abordamos la salud de los perros, que son el reservorio definitivo, además de la vigilancia, tratamiento y control de la enfermedad en la población”, detalló. Pero también es importante la salud del ambiente, por ello hay trabajar con las autoridades municipales responsables de la higiene urbana.

“Es una enfermedad desatendida. Nuestro objetivo es eliminarla, sobre todo, en los niños menores de 15 años. Actualmente, un 11% la padece. La única forma es trabajar de forma conjunta con todos los sectores con el enfoque de Una Salud”, explicó.

Si bien la hidatidosis tiene tratamiento, la enfermedad suele pasar inadvertida durante años y puede ser mortal.

Perros y hidatidosis

Visión preventiva y a largo plazo

Casas señaló que es importante trabajar con la perspectiva de Una Salud también desde la prevención y no solo cuando ocurren los brotes zoonóticos o las pandemias. Las campañas de educación son claves.

Gómez Bravo apunta que este enfoque requiere un abordaje multisectorial y multidisciplinario. “No hay que enfocarse solo en el problema de salud humana que nos preocupa y se deben involucrar todas las autoridades a nivel municipal, provincial o nacional”, señala.

Y agrega: “Cuando se presenta un foco de casos, lo primero es crear una alerta sanitaria, para que la población puede tomar acciones. Pero también hay que trabajar a largo plazo y diseñar estrategias preventivas para evitar nuevos focos”.

En este sentido, Fundación Mundo Sano ha trabajado un programa de detección temprana de la hidatidosis en barrios periurbanos o parajes rurales en Santiago del Estero y Chaco y ha ayudado a crear un catastro ecográfico de hidatidosis en alumnos de localidades con alta prevalencia.

La ecografía es clave para detectar los quistes del parásito que pueden alojarse por años sin causar síntomas. La ONG también ha dictado cursos de capacitación a profesionales para la detección ecográfica de la enfermedad.