18 mayo, 2023
Durante muchos años se lo consideró una incomodidad, incluso una desgracia. Pero el ronquido nocturno puede ser algo mucho más serio, el síntoma de una patología que se vincula a enfermedades graves. La apnea del sueño, descubren ahora los investigadores, es la punta del iceberg de peligros potenciales como la demencia senil y las enfermedades cardiovasculares. También aumenta el riesgo de “COVID largo o persistente”.
Un trastorno del sueño que debe observarse
La apnea del sueño (OSA, por su sigla en inglés) es un trastorno del sueño en el que la respiración se detiene y vuelve a comenzar repetidas veces. Más frecuente a medida de que se envejece y, también, en las personas que tienen obesidad, la apnea del sueño se caracteriza por fuertes ronquidos y la sensación de no haber dormido al día siguiente. Es mucho más frecuente en hombres que en mujeres, pero puede representar un problema grave en cualquiera que la padezca.
Nuevas investigaciones muestran que 1 de cada 5 personas ronca peligrosamente a la noche, pero la mayoría no lo sabe, porque duerme mientras sufre problemas para respirar. De acuerdo con un flamante estudio francés, realizado mediante cuestionarios, 1 de cada 5 personas padece de apnea del sueño obstructiva (OSA), pero sólo el 3,5% está tratada por esa condición.
El trastorno es más frecuente en fumadores y en personas con trastornos depresivos. También se asocia con riesgos de hipertension, diabetes tipo 2, ACV y enfermedad cardíaca, advierten los investigadores franceses liderados por Pauline Balagny, de la Universidad de Paris-Cité, en Francia.
Los peligros asociados a roncar demasiado
Según un nuevo estudio con adultos mayores, publicado en la revista Neurology, el sueño con ondas lentas y una severa apnea obstructiva está asociado con un mayor riesgo de padecer problemas cognitivos, demencia, Alzheimer y ACV.
Los hombres de mediana edad que tienen apnea del sueño también enfrentan un alto riesgo de deterioro cognitivo prematuro, de acuerdo con un pequeño estudio reciente. Investigadores de Gran Bretaña, Australia y Alemania mostraron que los varones de mediana edad que roncan fuertemente (y tienen OSA severa) experimentan problemas en la memoria visuoespacial y en la función ejecutiva, además de déficits en la vigilancia, la atención y el control de impulsos. “También probamos por primera vez en nuestro estudio que los varones de edad media con apnea obstructiva del sueño tienen problemas con la cognición social”, afirma la neuropsiquiatra Ivana Rosenzweig, directora del Centro de Sueño y Plasticidad Cerebral del King’s College London.
Quienes padecen de apnea obstructiva del sueño, enfrentan además un 75% de aumento en el riesgo de desarrollar posteriormente “long COVID-19” o “Covid persistente” después de una infección con el virus SARS CoV-2, de acuerdo con un trabajo científico recientemente dado a conocer por los Institutos de Salud de Estados Unidos. En las mujeres con apnea del sueño y Covid-19, el riesgo de tener secuelas a largo plazo es aún mayor: asciende al 89%.
Importancia del diagnóstico
Todos estos estudios alertan sobre la necesidad de hacer un diagnóstico correcto de la apnea del sueño y tratarla en forma adecuada. Sobre todo, no descartar los ronquidos como un problema menor y hasta gracioso por las tribulaciones maritales que genera y evaluar los peligros.
Si el diagnóstico o el tratamiento son tardíos o incorrectos, la apnea del sueño puede agravarse, con un colapso creciente de las vías aéreas superiores.
Es importante saber que las variaciones de la apnea del sueño de noche a noche pueden confundir el diagnóstico. Incluso pueden generar un descontrol en la presión sanguínea, conducir a la fibrilación auricular y producir daños vasculares, entre otros problemas cardiovasculares. Además, depresión y hasta accidentes de tránsito. Es que la falta de sueño regular genera somnolencia diurna y muchas veces hace que las personas se duerman al volante.
En general, el diagnóstico de la apnea obstructiva del sueño suele hacerse mediante polisomnografía, el registro de ondas cerebrales durante el sueño y la identificación de las etapas por las que transcurre, así como de sus interrupciones, asociadas a la falta de ingreso de oxígeno.
Máscara CPAP (presión positiva continua en la vía respiratoria)
Una vez que se detecta la OSA, los especialistas sugieren cambios en el estilo de vida como ejercicios, eliminación de alcohol y dejar de fumar. También dormir de costado y el uso de máscaras, dispositivos de presión positiva conocidos como “CPAP”. La máscara CPAP garantiza la oxigenación permanente y elimina los ronquidos que se producen cuando se interrumpe la entrada de aire.
En las mujeres, durante el tercer trimestre de embarazo puede también desarrollarse una apnea del sueño. Los síntomas en ellas no siempre son los ronquidos sino más bien la somnolencia diurna, el cansancio y el dolor de cabeza por la mañana. Aunque las máquinas CPAP son seguras para usar durante el embarazo, en general los problemas para dormir y respirar se terminan después del parto.
Por Alejandra Folgarait @alefolgarait
REDACCIÓN PENSAR SALUD
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