Las 5 principales amenazas a la salud mundial

amenazas a la salud mundial
23 junio, 2023

La vacunación, el agua potable y los avances científicos han mejorado significativamente el estado de salud de la humanidad en los últimos dos siglos. Por ejemplo, las muertes maternas disminuyeron de 447.000 en el año 2000 a 287.000 en el 2020. Por su parte, la tasa de mortalidad en niños menores de 5 años se redujo a la mitad en las últimas dos décadas, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). En cuanto a la expectativa de vida, era de 46 años en promedio en el año 1950, mientras que en 2010 había subido a los 73 años. Sin embargo, viejas y nuevas amenazas persisten en el horizonte. ¿Cuáles son aquellas principales que preocupan al sanitarismo internacional?

Las 5 amenazas más importantes

De cara a los problemas que deberá enfrentar la salud mundial en los próximos años se destacan las siguientes amenazas:

1. Enfermedades crónicas

El envejecimiento poblacional y, paradójicamente, los avances médicos han llevado a que muchas enfermedades que antes llevaban a la muerte hoy puedan ser controladas durante décadas. Así, las personas viven muchos más años enfermas que antes. Es el caso de enfermedades infecciosas como el HIV-Sida y, también, de enfermedades metabólicas como la diabetes tipo 2 y de los infartos de miocardio, a los cuales sobreviven hoy muchas más personas que antes.

Sin embargo, las cuatro enfermedades no transmisibles que han aumentado su peso en la salud mundial son las cardiovasculares (incluida la hipertensión), el cáncer, las enfermedades respiratorias crónicas y la diabetes. Estas cuatro patologías causaron la muerte de un 28% más de personas en 2020 que en 2000, según un informe reciente de la OMS.

Se sabe, además, que la contaminación creciente del aire en las ciudades y el tabaquismo persistente en países pobres no hará más que aumentar los casos de asma y EPOC, entre otras patologías.

2. Demencia

La demencia es otro problema asociado a la longevidad creciente de la población y se cuenta entre las principales amenazas a la salud mundial. Hoy se estima que viven 55 millones de personas con demencia y se sumarán 10 millones por año en el futuro.

Tanto en su forma senil como en forma de Alzheimer, la demencia afectará a millones de personas, especialmente a las mujeres, y exigirá un “ejército” de cuidadores y hogares reformulados para personas que pierdan su capacidad de recordar y planificar. Todo ello implicará gastos enormes para los países desarrollados y también para los pobres. Se estima que, en 2019, el cuidado del Alzheimer insumió más de 1 billón de dólares en el mundo. Si no se encuentra un tratamiento, los cálculos a futuro son innumerables.

3. Cambio climático

La OMS estima que el cambio climático causará 250.000 muertes adicionales por año, ya sea por malnutrición, paludismo, diarrea o golpes de calor.

El aumento de la temperatura global es una amenaza que no sólo afectará a la agricultura. También pondrá en jaque la salud humana si sobrepasa 1,5 grados centígrados, según los especialistas. El calor estimulará la reproducción de mosquitos y, con ellos, la difusión de viejas enfermedades, como la fiebre amarilla, la malaria y el dengue.

La sequía y la falta de agua potable pueden colaborar en el resurgimiento de enfermedades infecciosas, como el cólera, y puede contribuir a la contaminación de la comida con la bacteria Escherichia coli. Por su parte, las migraciones debido a inundaciones también contribuirán a la difusión de enfermedades infecciosas.

La Organización Meteorológica Mundial advirtió recientemente sobre el incremento incesante de las temperaturas, tanto a nivel continental como de las aguas oceánicas. Las olas de calor, cada vez más frecuentes, ponen a la población vulnerable –especialmente, bebés y ancianos- en riesgo. Según un informe publicado en The Lancet, las muertes asociadas al calor se incrementaron 160% entre 2017 y 2021, comparados con cuatro años de principios del siglo XXI (2000-2004). Los incendios causados por el calor están actualmente liberando partículas tóxicas que también impactan sobre la salud respiratoria y cardíaca.

“La crisis climática es una crisis de salud, que impulsa brotes, contribuye a más enfermedades no comunicables y amenaza la infraestructura hospitalaria y al personal de salud”, subrayó Tedros Adhanom Ghebreyesus, director de la OMS, en la reciente Asamblea mundial del organismo. Es preciso construir resiliencia en los sistemas de salud y hacerlos sustentables, reclamó el funcionario, o el cambio climático complicará la salud de poblaciones enteras.

4. Pandemias

El COVID-19 mostró la terrible cara de las pandemias causadas por microorganismos que la humanidad nunca ha enfrentado antes y que dan la vuelta al mundo en un abrir y cerrar de ojos, generando enfermedad, discapacidad y millones de muertes.

Pero los expertos advierten que el virus SARS COV-2 no es la única amenaza de su tipo para la salud mundial. De hecho, según GAVI, todos los años hay un 2% de probabilidades de que el mundo enfrente un evento como el COVID-19. Y La probabilidad de una epidemia extrema se triplicaría en las próximas décadas.

Debido a la cada vez mayor cercanía entre animales y humanos -causada por la destrucción del hábitat natural, la deforestación y el comercio de especies salvajes-, la posibilidad de que virus animales salten a los seres humanos es hoy más grande que nunca. Hay virus de la influenza que pronto podrían pasar de las aves salvajes y los cerdos de granja a los humanos. También hay nuevos coronavirus que se cocinan entre los murciélagos.

Un estudio publicado en Nature Climate Change reveló que, de 375 enfermedades infecciosas estudiadas, 218 ya han sido agravadas por el cambio climático actual. Entre ellas figuran el Ebola, el Chikingunya, la sarna, la meningitis bacteriana, la enfermedad de Lyme y la malaria.

De ahí que la OMS haya lanzado una campaña para tomar en cuenta en forma multidisciplinaria la salud de los humanos, los animales y el ambiente en su conjunto. Sólo invirtiendo los recursos con un enfoque de “One Health” (Una sola salud) se podrá evitar que la próxima pandemia arrase con nuestra especie o la haga más resistente a los antimicrobianos, advirtió la OMS.

5. Desigualdad

Quizás no haya factor más importante a la hora de cuidar la salud que las desigualdades que experimenta la población. La falta de equidad tiene un impacto formidable en la vida de niños y adultos, de personas discapacitadas y ancianos. Las disparidades sociales, económicas, de género o de etnia no sólo afectan el acceso al diagnóstico de las razones del sufrimiento físico y mental sino también a los medicamentos, los cuidados y la calidad de vida.

La desigualdad parece aumentar cada vez más en la salud, a medida que aumenta la pobreza y el costo de vida. La esperanza de vida, la carga de las enfermedades, la mortalidad, dependen de la afluencia económica tanto como de la educación de las madres, el acceso a una vivienda con servicios básicos de higiene, el lugar de residencia y la disponibilidad de trabajo.

Basta recordar la estigmatización de las personas con enfermedades mentales graves, la discriminación de la atención sanitaria de los pacientes con HIV-Sida, la marginación de los pacientes con lepra o tuberculosis, el desigual acceso a las vacunas y los anticuerpos monoclonales contra el COVID-19, y las barreras para adquirir los fármacos más avanzados contra el cáncer, para observar el impacto que tienen las desigualdades en la salud.

La diabetes es un ejemplo de epidemia que crece con la desigualdad. Un estudio que acaba de publicar The Lancet revela que el número de personas que viven con diabetes se duplicará en el año 2050, hasta alcanzar a 1.300 millones de personas. Pero “la cascada de inequidades” -raza negra, lugar geográfico, altos vs bajos ingresos- no hará más que aumentar el impacto de esta enfermedad en lugares como Oceanía, Medio Oriente y Guyana.

Pero muchas desigualdades pueden combatirse garantizando mayor acceso de la población vulnerable a diagnósticos y tratamientos de calidad. ”La capacidad para dirigir los servicios hacia quienes más los necesitan es clave para promover la equidad en la salud y mejorar vidas”, enfatizó el director de la OMS tras presentar recientemente los datos salientes de la desigualdad sanitaria en el mundo.

Por Alejandra Folgarait @alefolgarait
REDACCIÓN PENSAR SALUD
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