27 diciembre, 2022
La época de las fiestas suele ser motivo de alegría para muchos, pero también de estrés. Evaluaciones finales, cierre de proyectos, reuniones formales e informales, compra de regalos, pago de deudas y planeamiento de vacaciones se combinan para generar situaciones de ansiedad en algunos, y de depresión, en otros.
Si bien la disminución de los casos graves de COVID-19 y los festejos de la obtención del Campeonato Mundial de Fútbol seguramente contribuyeron este fin de año a mejorar el ánimo colectivo, hay familias que siguen elaborando duelos, que han perdido sus trabajos o que sufren actualmente más el impacto de la soledad. Es importante, dicen los psiquiatras, que las personas que se sienten mal –tanto a nivel físico como mental y anímico- no tengan vergüenza de pedir ayuda. A veces, el mejor regalo en las fiestas es sentirse acompañado y poder hablar con alguien.
Lo que no mata, te fortalece
Por otra parte, recuerdan investigadores de la Universidad de Georgia, en Estados Unidos, un poco de estrés puede ser beneficioso para los procesos cognitivos del cerebro. Según un estudio realizado con jóvenes norteamericanos, un nivel bajo a moderado de estrés mejora la llamada “memoria de trabajo”, necesaria para realizar actividades como recordar un número de teléfono. Hasta un cierto punto, el estrés resulta neuroprotector y contribuye a la resiliencia, asegura el psicólogo Asaf Oshri. Pero pasado ese umbral, el estrés se vuelve tóxico y puede generar diversas psicopatologías.
La hipótesis de la “hormesis” – un fenómeno que refiere a adaptaciones beneficiosas ante sustancias tóxicas- ha revolucionado la neurobiología del estrés, al subrayar que es positivo enfrentarse a situaciones estresantes para ajustarse a las demandas del entorno en forma adecuada. En una dosis baja, sostiene esta teoría, el estrés es beneficioso. En dosis altas o crónicas, se torna perjudicial.
La hormesis se puede aplicar al consumo de vino tanto como al ejercicio físico y al estrés de las fiestas. Un estímulo estresante prolongado puede afectar tanto a niños como a adultos, mientras que uno corto y leve puede colaborar a prepararlos para lo que vendrá en el futuro y mejorar sus procesos cognitivos.
Objetivos de Año Nuevo
Una de las recomendaciones de los especialistas para controlar el estrés de fin de año es encontrar espacios para relajarse en contacto con la naturaleza y “bajar un cambio” después de un período laboral o personal de gran exigencia. Otro consejo es proponerse nuevos desafíos para el año próximo que sean concretos y realizables.
Uno de los objetivos que más beneficios puede deparar a la salud física y mental de un individuo es dejar de fumar. Además de las ventajas que puede ofrecer para el corazón y los pulmones, dejar el tabaco es una inversión en el futuro cognitivo del cerebro, de acuerdo con un estudio que se acaba de publicar en el Journal of Alzheimer´s Disease.
Tras analizar el deterioro cognitivo que percibían más de 130.000 personas fumadoras y ex fumadores, investigadores de la Universidad de Ohio no sólo confirmaron que la demencia se asocia con el tabaquismo sino que también descubrieron que las personas que dejan de fumar entre los 49 y los 59 años reducen significativamente su riesgo de padecer Alzheimer y otros problemas cognitivos vinculados con el envejecimiento y la falta de plasticidad neuronal.
La percepción subjetiva de la salud es tan importante durante las fiestas como la objetiva. Tratar de comer alimentos saludables, evitar el abuso de alcohol y alejar los ojos de fuegos artificiales puede ser tan necesario como pedir ayuda si se siente solo o no se puede controlar una adicción.
En cuanto al COVID-19, si bien las hospitalizaciones y muertes han bajado significativamente, la circulación del virus continúa bajo distintas formas o linajes. De ahí que las autoridades sanitarias recomienden celebrar reuniones al aire libre o en lugares muy ventilados, aislarse durante 5 días si se tiene algún síntoma (fiebre, dolor de garganta, resfrío, tos, etc) y utilizar barbijos en lugares cerrados donde haya mucha gente. Los mayores de 50 años tienen que darse un refuerzo de la vacuna si ya pasaron 120 días desde el último. Descansar e hidratarse bien son dos de los mejores consejos para empezar un feliz 2023.
Alejandra Folgarait @alefolgarait
REDACCIÓN PENSAR SALUD
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