26 julio, 2021
Los niños tienen un motor de expresiones que pueden ir en contra de la distancia social que se recomienda para seguir evitando el contagio por COVID-19. La cercanía para jugar, pese a suceder al aire libre, siempre significa un riesgo. El uso del barbijo para niños se vuelve crucial.
A casi dos años del inicio de la pandemia, ya deberíamos saber que el COVID-19 se transmite por micro gotas de saliva. Las expulsamos al toser y estornudar, pero también por aerosoles que exhalamos al hablar, gritar, cantar, reír o hacer ejercicio.
El gran experto español José Luis Jiménez de la Universidad de Colorado, insiste en la magnitud del contagio del virus a través de aerosoles desde marzo de 2020. Justo después, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la pandemia.
Barbijos para todos
China, Japón y Corea fueron los primeros en implementar el uso del barbijo para sus ciudadanos como política de Estado. La experiencia de haber atravesado la epidemia causada por el SARS en 2003 les dio ventaja en este sentido.
“En la mayoría de la población el uso de mascarillas es una forma de protección barata y de bajo riesgo. Su promoción necesita una base de pruebas más baja que otras intervenciones. Sin embargo, hay dos aspectos del uso de la máscara que deben preocuparnos. Primero, puede haber grupos, como los niños pequeños, en los que las máscaras tienen efectos nocivos, como el desarrollo infantil, y las guías deben considerar esta evidencia. En segundo lugar, se debe tener cuidado para evitar la compensación del riesgo entre las personas que usan una máscara, por lo que las personas se sienten protegidas por usarla y, por lo tanto, cambian su comportamiento” se publicó en The Lancet, en una investigación de Hannah E Clapham y Alex R. Cook.
En la actualidad, en Argentina aproximadamente el 67% de la población ya completó el esquema inicial de vacunación contra COVID-19 (dos dosis), pero la vacunación a niños, niñas y adolescentes hace pocos meses que se inició.
Sin embargo, en una recorrida por las plazas se observa que, por lo menos la mitad de los niños está sin barbijos.
La transmisión intrafamiliar
La Sociedad Argentina de Pediatría asegura que si bien los niños tienen menos probabilidad de enfermarse en forma grave que los adultos, y es más frecuente que presenten cuadros leves o subclínicos, pueden transmitir el virus a sus familiares.
Ahora, frente a la continuidad de la pandemia nos seguimos haciendo algunas preguntas ¿en una plaza o lugar de esparcimiento al aire libre también es necesario el barbijo? ¿Cómo debe ser un barbijo seguro para niños? ¿Desde qué edad deberían usarlo? Como adultos a cargo ¿qué cuidados debemos tener para que sean seguros?
Barbijo para niños: a partir de los 3 años
Es responsabilidad de las personas adultas conocer el correcto uso del barbijo en niños y educar en ese sentido.
Es recomendable a partir de los tres años y para que sea efectivo debe utilizarse correctamente: la colocación, como el uso y la retirada debe estar siempre supervisada por un adulto según recomienda la SAP.
El médico pediatra Gonzalo Fernández MN 128977 de un Centro de Salud de la Ciudad de Buenos Aires, afirma que “el barbijo en menores de tres años no está recomendado, incluso es más grande el riesgo que el beneficio. Una de las cosas que puede pasar en esta edad es que si tiene un elástico largo se enrosque en el cuello. En el caso de los bebés, como no tienen posibilidad de sacárselo, podría provocar asfixia, provocaría que el bebé se toque mucho la cara. También podría dificultar inhalación y exhalación y, además, como tienen la vía aérea más pequeña podría generar una dificultad. La colocación del tapabocas en niños chiquitos siempre debe estar supervisada por un adulto y cuando un lugar está cerrado o hay aglomeración es indispensable usarlo”.
Al aire libre: barbijo
“Para prevenir el COVID-19 no alcanza solo con usar barbijo. Hay que guardar distancia física y también es importante mantener la higiene de manos y la higiene y cuidado del barbijo. Cuando se humedece ya no es efectivo, hay que cambiarlo, lavarlo todos los días y secarlo”, detalló Fernández.
– Para hacer actividad física ¿también hay que usarlo?
“Lo que sabemos es que para hacer ejercicio físico de gran intensidad es mejor no usarlo, pero para actividades recreativas no hay ningún problema, además es lo recomendado”.
– ¿Como debería ser un barbijo para niños?
La Organización Mundial de la Salud publicó una serie de recomendaciones sobre los barbijos:
- Que no sean de material elástico: para fabricarlos es preferible no utilizar un material elástico porque se estira sobre la cara, aumenta el tamaño de los poros y reduce la eficiencia de filtración. Además, los materiales elásticos pueden degradarse con el tiempo y no resisten el lavado a gran temperatura.
- Según la tela de que estén hecho se requiere como mínimo tres capas.
- Deben lavarse con frecuencia y manipularse con cuidado para que no contaminen otros artículos.
Cómo incorporar el barbijo a la rutina de los niños
- Barbijos informales: elegir una tela divertida, dejar que los niños la diseñen para ellos y sus padres. Hacerla como actividad artesanal y también un juego, practicar poniéndolos y sacándolos en la casa por diversión.
- Relacionar el tema con superhéroes podría ayudar a niñas y niños, explicarles que médicos y enfermeros son héroes que protegen y ayudan a otras personas, y las máscaras son parte de sus uniformes. Los niños pueden entender que también pueden ser superhéroes y proteger a otras personas de los gérmenes usando los tapabocas por un tiempo.
Para evitar complicaciones es importante evitar que las máscaras están mal ajustadas. Se vuelven menos efectivas. Incluso las máscaras de tamaño pediátrico son demasiado grandes para los niños más chicos.
Un barbijo debe cubrir la nariz, la boca y el mentón.
Orientación sobre medidas para fabricar barbijos adaptados para niños
- Pequeña, para niños de 3 a 5 años (con medidas de 5,5 cm x 13 cm)
- Mediana, para niños de 6 a 9 años (6,5 cm x 15 cm)
- Grande, para niños 9 a 12 años (8,5 cm x 17 cm)
- Tamaño adulto, se aconseja para niños mayores de 12 años en adelante.
La empresa Atom Protect, supervisada por el CONICET y las Universidades de Buenos Aires y San Martín, desarrolló un tapabocas con protección anti-viral, anti-bacterial, anti-hongos y lavable, en el diseño incluye tamaño para niños.
Esta protección también la recomiendan los médicos pediatras.
REDACCIÓN PENSAR SALUD
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