21 noviembre, 2016
Gladys Valdéz y Rosana Martínez trabajan en el servicio de Neonatología del Hospital Naval de Buenos Aires. Las entrevistamos en el Día de la Enfermera en Argentina, una profesión que demanda conocimiento cabal, compromiso profundo, valor, empatía. De todo eso hablamos con ellas y también sobre las dificultades de la tarea. Argentina hoy tiene una relación enfermeros/trabajadores del sector de la salud muy por debajo de los standares internacionales. Leé sobre una profesión que en Argentina tiene oferta laboral abierta hace años y no termina de encontrar estabilidad.
Ambas son enfermeras de un servicio de neonatología ¿cómo describirían a una enfermera neonatal?
Rosana: A la enfermera neonatal la caracterizan la sensibilidad y la fortaleza ante la adversidad, es una trabajadora sumamente creativa, tiene gran espíritu colaborador. La enfermera de neo es una “leona” cuidando al recién nacido en ausencia de su madre.
Trabajan en un espacio en el que a diario conviven médicos y enfermeros ¿Cómo se conjugan los roles?
Gladys: Son muy diferentes. El médico por su parte diagnostica clínicamente e indica el tratamiento. La enfermera hace diagnóstico de cuidados y elige el mejor para ese paciente. Es un cuidado integral que resulta del diagnóstico e indicación médicos, del procedimiento de enfermería, de la situación del paciente e, incluso, de la contención familiar con la que cuenta ese paciente. Sobre todo en neonatología el rol de la enfermera es holístico, muy centrado en la familia.
En la enfermería siempre, siempre, está en juego -además de los saberes y el manejo de los procedimientos- el ser… es una vocación compleja y profunda, reclama compromiso y calidez…
¿Es un tema para la enfermería neonatal el manejo de la vinculación afectiva con los bebés y sus familias, y luego la separación?
Gladys: Al principio, quizá por inexperiencia, te “adueñás” de ese recién nacido… con los años y sobre todo con mucha capacitación vas aprendiendo a tomarlo distinto.
Rosana: Y sí, es difícil no involucrarse en mayor o menor grado, se establece un lazo de confianza con los padres. En los pacientes que han estado críticamente enfermos, el poder acompañarlos desde el primer momento, el enseñarle a una mamá a extraerse leche por primera vez, hacerla partícipe de los cuidados, que empieza a sentir más confianza y seguridad de sí misma, hacen que, al momento del alta, la alegría por el bebé se mezcle con la emoción de haber sido parte de ese logro y con frecuencia ese lazo perdura más allá del alta, los padres están agradecidos y hay un cariño mutuo.
Gladys: Es algo que vamos madurando con la experiencia. Pensá que estamos comprometidos totalmente con ese pequeño y su familia, que nosotros nos empoderamos de ellos. Y la separación… es de a poco… sabemos que el bebé ha alcanzado determinadas condiciones (recuperación y aumento de peso diario aceptable, edad gestacional corregida, alimentación por succión, capacidad de regular temperatura en el aire ambiental…) y que ese gran día de la vida del paciente está cerca… Lo vamos internalizando y vamos esperándolo ansiosos.
Cuando finalmente llega el día del alta hay emoción y felicidad en todo el equipo, una gran satisfacción… “misión cumplida”…. ¡a veces nos decimos eso!
EL DÍA DEL PREMATURO
La semana pasada fue el día mundial del niño prematuro y hubo celebración en el servicio ¿por qué le asignan tanta importancia?
Rosana: Es un homenaje a la vida. Queremos generar conciencia y demostrar cuán importante es tener un adecuado control prenatal en el lugar correcto y el momento oportuno.
Gladys: El fundamento principal de esta celebración es visibilizar una problemática importante que afecta a la salud pública, como es la prematurez. El 60 por ciento de la tasa de mortalidad infantil corresponde a la mortalidad neonatal (así de importante es) y muchas puede ser evitable. Darle además la máxima difusión para la población, que se conozca que existe esta problemática de salud y que la falta de conocimiento es algo serio (control prenatal, nacimientos en lugares aptos etc.). También para que los profesionales de la salud tomen conciencia de la importancia de la capacitación, que permitirá la mejor sobrevida de estos pequeños (con el menor impacto posible en su salud posterior). En algunos casos, la prematurez produce muerte o discapacidades graves, la mayoría prevenibles con personal capacitado y recursos óptimos.
Para cada uno de los integrantes del servicio esta convocatoria significa el emocionante reencuentro con las familias prematuras. Es inevitable también realizar una mirada clínica a cada uno, es una forma de convencernos de cerciorarnos una vez más de que hicimos bien nuestra tarea [risas] ¡Creo que hay algo de narcisismo en todo esto!
Pensá que estamos comprometidos totalmente con ese pequeño y su familia, que nosotros nos empoderamos de ellos. Y la separación… es de a poco… sabemos que el bebé ha alcanzado determinadas condiciones (recuperación y aumento de peso diario aceptable, edad gestacional corregida, alimentación por succión, capacidad de regular temperatura en el aire ambiental…) y que ese gran día de la vida del paciente está cerca… Lo vamos internalizando y vamos esperándolo ansiosos.
LA ENFERMERÍA EN ARGENTINA
¿Cómo observan el panorama de la enfermería en Argentina?
Gladys: Después de 32 años en el ejercicio de esta profesión, puedo decir que ha crecido en los últimos quince años, que es un poco más reconocida. Hoy, por ejemplo, el Área Neonatología de la Dirección Nacional de Maternidad, Infancia y Adolescencia (Ministerio de Salud) la conduce una Licenciada en Enfermería, Ana Quiroga. Estas señales tienen que ver con la profesionalización y la universalización de la carrera, la carrera profesional dura cinco años, con un título intermedio de tecnicatura.
La población desconocía hasta no hace mucho tiempo las diferencias entre los diferentes niveles de preparación. Actualmente la mayoría de los enfermeros profesionales está realizando o va a realizar la licenciatura en enfermería.
Rosana: Pero también es cierto que hay una gran diferencia en cuanto a oportunidades de capacitación para el personal de enfermería en Argentina, y esto se traduce luego en el desempeño profesional. No basta con terminar la carrera sino que hay que capacitarse constantemente en las diversas áreas en las que uno se desempeña.
Gladys: Sí, aún falta mucho camino por ganar. Lo que queda por ser reivindicado para la enfermería en Argentina necesita conciencia de grupo, y no la tenemos. Si se pudiera lograr esto, se podría luchar por mejores condiciones de trabajo, mejoras salariales y horarios reducidos para profesionales en áreas críticas, evitar la desvirtuación de roles entre otros problemas.
Rosana: Que se dan en la práctica de la profesión. Sucede que, a diferencia del rol médico -claramente reconocido social e institucionalmente-, y depende de la institución de salud, el rol enfermero se define con menor claridad, depende el caso, y se produce confusión sobre las tareas que realmente competen a la enfermería. No es tan raro que muchas veces los enfermeros lleven a cabo tareas que se alejan de ese rol de cuidadores que Gladys definía al principio.
Gladys: El mapa laboral de enfermería es bastante diferente en las distintas provincias, incluida Provincia de Buenos Aires, con condiciones mucho menos justas. Hay sobrecarga laboral, horarios prolongados de guardias, doble trabajo para contar con un pasar económico digno, entre otras cosas. Si tomamos en cuenta el interior, los sueldos son bastantes más bajos que en Capital. La mayoría de los lugares no ofrece un lugar adecuado para el obligado refrigerio de veinte minutos…
Rosana: Hay falta de motivación, inequidad sobre las oportunidades, falta de reconocimiento a institucional y social, remuneración acorde a las exigencias del trabajo, falta trabajo en equipo.
Gladys: A pesar de todo esto la enfermería cuenta con una gran ventaja sobre otras profesiones, posee un amplio campo laboral (investigación, docencia, asistencial, atención primaria y rehabilitación) y una salida laboral confiable. Una de las pocas profesiones que en situaciones de desastre económico como las tantas vividas en nuestro país se mantuvo activa, se vio afectada, pero no tanto como las otras.
¿Qué aprendizajes de vida te dio tu trabajo?
Rosana: La incertidumbre de sufrir la separación de un hijo, lo que por diversas causas de salud con frecuencia ocurre en el servicio de neonatología, me enseñó a vivir con intensidad mi propia experiencia de familia, a disfrutar cada momento con mi hija, ese regalo inmenso que me dio la vida.
Gladys: En esta profesión (no me gusta mucho llamarlo “trabajo”) existe un flujo de sentimientos muy fuertes, dolor, pérdida, emoción, amor, abandono a veces, que te van marcando a fuego. Estoy de acuerdo con que mirás la vida diferente después de un tiempo, la valoras más.
¿Y si te enterás sobre la vocación de enfermería de un chico o una chica?
Gladys: El primer consejo que les doy a los estudiantes que realizan sus prácticas en nuestro servicio es que sean buenos enfermeros, que ejerzan porque verdaderamente les gusta. El paciente no elige su condición de enfermedad, pero el enfermero sí eligió su condición de cuidador, eligió estar en ese lugar. “Si no lo sienten, no lo hagan” y si verdaderamente lo sienten, adelante, porque se aseguran parte de su felicidad.
De cualquier modo, creo que no se puede comprobar si realmente te gusta hasta que no estás delante de la persona sufriente.
Otra sugerencia que le daría es que tenga siempre conciencia de grupo, que se ayuden entre colegas, que formen un solo cuerpo como enfermeros. Debe haber sentido de pertenencia y solidaridad con el otro, lo que te pasa a vos, me puede pasar a mí.
Rosana: Doy un consejo solo y definitivo: trabajar con amor. Es el secreto de la felicidad.
PENSAR SALUD
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