17 octubre, 2022
Para los hombres es un acompañante habitual. Para las mujeres argentinas, en cambio, es un total desconocido. Sin embargo, las mujeres que han podido utilizarlo lo aprueban en el 96% de los casos. Se trata del preservativo femenino, un dispositivo capaz de prevenir embarazos y también de evitar enfermedades de transmisión sexual, como el HIV y la sífilis.
¿Qué es el preservativo femenino?
El preservativo femenino se asemeja al condón masculino. Aunque en vez de ir por fuera del órgano sexual se coloca en el interior del organismo femenino, a través del canal vaginal.
En lugar de estar fabricado con látex, el condón vaginal está generalmente producido con nitrilo, un material sintético elástico y resistente. Con forma de funda delgada, el preservativo vaginal femenino tiene dos anillos, uno en cada extremo. El anillo interior se coloca dentro de la vagina, mientras que el anillo exterior recubre los órganos genitales externos, para permitir la penetración.
Como método anticonceptivo de barrera, el preservativo femenino presenta entre 79 y 95% de efectividad para impedir el contacto del semen con el óvulo, y evitar así el embarazo. Las mujeres lo prefieren porque pueden controlar su correcta inserción horas antes de una relación sexual, en lugar de depender de la colocación del condón por parte del varón. Pero todavía pocas lo conocen.
Necesidad de anticonceptivos
Más de 40 millones de mujeres entre 15 y 24 años no tienen acceso a anticonceptivos en el mundo, lo que las pone en riesgo de embarazos no deseados. También de interrumpir su educación tempranamente. En América Latina, los métodos anticonceptivos más usados por las mujeres son la píldora y la esterilización (ligadura de trompa), de acuerdo con un reciente informe publicado por la revista The Lancet sobre 240 países.
Aunque el uso de anticonceptivos modernos aumentó significativamente desde la década del ’70 en Argentina, la prevalencia de uso alcanza el 60%. En el año 2019, un 10% de las mujeres en edad reproductiva (entre 15 y 49 años) no tenían acceso a métodos anticonceptivos todavía, según el informe de Lancet, liderado por Rafael Lozano, de la Universidad de Washington.
La mayoría de las mujeres en el Cono Sur prefieren las píldoras anticonceptivas como método anticonceptivo. En la Argentina, las mujeres usan mayormente píldoras e inyecciones, además de dispositivos intrauterinos (DIU).
A pesar de la necesidad de planificación familiar de las mujeres, el condón vaginal sólo constituye el 1,6% de los condones distribuidos en países con ingresos bajos y medios. Los especialistas quieren difundir su uso.
Una opción aceptable
Según una encuesta realizada el año pasado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), sobre 100 mujeres argentinas jóvenes que probaron el preservativo femenino, 96% dijo que lo recomendaría y un 80% aseguró que lo volvería a usar. Aunque más del 60% tuvo dificultades para ponérselo la primera vez, al 30% de ellas luego les resultó fácil ubicarlo adecuadamente dentro de su vagina.
El estudio preliminar mostró que las mujeres argentinas menores de 30 años estarían dispuestas a adoptar este método anticonceptivo si estuviera disponible. “El preservativo vaginal es una herramienta fundamental de protección para que las mujeres puedan tomar decisiones libres y ejercer su sexualidad de manera plena, segura y placentera, sin discriminación, ni violencias”, señaló María Celeste Leonardi, especialista en Derechos Sexuales y Reproductivos del UNFPA. “El preservativo vaginal debe ser una opción más, dentro de la oferta de métodos anticonceptivos a la cual las personas tengan acceso efectivo”.
¿Cuáles son las ventajas?
Si bien se estima que el precio del condón femenino superará al masculino, es una alternativa para mujeres que quieren manejar con seguridad su reproducción o que se encuentran con parejas que se resisten al preservativo masculino. Según los especialistas, las ventajas del preservativo vaginal son:
- Protege contra el VIH-Sida y otras enfermedades de transmisión sexual.
- Es de un solo uso y en cada relación sexual.
- Como puede colocarse hasta 8 horas antes, no necesariamente interfiere en la espontaneidad de la relación sexual.
- No requiere prescripción médica.
- No es de látex (no genera reacciones alérgicas). Puede utilizarse con cualquier tipo de lubricante.
¿Cómo se coloca?
Como con los tampones o la copa menstrual, el condón femenino requiere un poco de práctica para su colocación, pero la mayoría de las mujeres lo aprenden en dos o tres pruebas.
Básicamente, la mujer debe estar en una posición cómoda, acostada o con un pie sobre una silla. El dispositivo es flexible y permite insertarlo con un dedo en el interior del canal vaginal, y extraerlo con el líquido seminal al terminar la relación sexual. Las mujeres que lo han probado en general se sorprenden por su gran tamaño, pero una vez colocado subrayan que se sienten cómodas y protegidas.
REDACCIÓN PENSAR SALUD
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