24 septiembre, 2020
Ya lo sabemos. El personal de salud es el más expuesto al Covid 19. Desde hace más de seis meses trabaja a destajo y psicológicamente están devastados. Los trabajadores del sistema sanitario se arriesgan a diario para salvar vidas, pero, ¿cómo protegen la suya?, ¿de qué manera han alterado su rutina de cuidados?
Pese a que el lavado de manos, el uso de guante, camisolines y la esterilización del instrumental son parte de las normas de seguridad e higiene que se implementaron siempre en centros de salud y consultorios, la pandemia potenció los recaudos.
Virus como el Covid se inactivan tras 5 minutos de contacto con desinfectantes de uso habitual como lavandina doméstica.
Antes de estar en contacto con un caso sospechoso o positivo de Covid 19, los/as enfermeros/as y médicos/as utilizan un Equipo de Protección Personal (EPP) compuesto por:
- Guantes
- Barbijo especial Nº95
- Antiparras
- Camisolín
Este equipo deben usar los profesionales de la salud en el momento en que toman contacto con el paciente y desecharlo inmediatamente después de la atención.
Las superficies que estuvieron en contacto con el paciente deben limpiarse con un desinfectante o con una solución de hipoclorito sódico que contenga 1000 partes por millón de cloro activo (dilución 1:50 de lavandina con concentración 40-50 gr/litro preparada recientemente)
Los camilleros -en el momento que trasladan casos sospechosos o positivos de Covid- deben utilizar los elementos que conforman el EPP. Lo mismo ocurre con el personal de limpieza que se encuentra en el triage (espacio de ingreso donde se clasifican las emergencias), en las salas de internación o en terapias intensivas; y con los trabajadores/as del sector de Rayos X y laboratorio.
Rutina sin descuidos
De acuerdo a las recomendaciones detalladas por el Ministerio de Salud de la Nación, el Equipo de Protección Personal debe ser colocado siguiendo ciertas pautas que garanticen la protección del/a profesional al tener contacto con el paciente. Nada puede quedar librado al azar. Por eso es que muchas veces hacen la rutina bajo la mirada de compañeros/as que guían las rutinas.
El procedimiento se hace generalmente en equipo y cumple con pasos estrictos:
- Colocarse el camisolín, atado a la altura del cuello y de la cintura.
- Luego, el barbijo, las antiparras y los guantes cubriendo el brazo.
Después de atender un paciente, es importante seguir el orden recomendado:
- Primero: quitarse el camisolín y descartalo en una bolsa de residuos.
- Segundo: sacarse los guantes y también desecharlos.
- Tercero: lavarse bien las manos con jabón.
- Una vez que las manos estén limpias, quitar las antiparras y el barbijo.
Todas las superficies con las que ha estado en contacto el paciente deben limpiarse con un desinfectante o con una solución de hipoclorito sódico que contenga 1000 partes por millón de cloro activo (dilución 1:50 de lavandina con concentración 40-50 gr/litro preparada recientemente). Virus como el Covid se inactivan tras 5 minutos de contacto con desinfectantes de uso habitual como lavandina doméstica.
Silvio Cufré, el enfermero de 47 años que trabajaba en Alejandro Korn, fue el primer agente de salud del país que murió en el marco de la lucha contra la pandemia.
Estos cuidados demandan más tiempo que el usual, en un año donde lo que falta justamente es tiempo. Hasta ahora cumplir con cada uno de estos pasos es la forma más efectiva de protegerse y escaparle al virus.
Cuidados que ya son Ley
El Gobierno aprobó hace una semana la reglamentación del Programa de Protección al Personal de Salud ante la pandemia de coronavirus. El objetivo es proteger la integridad de cada uno de los/as trabajadores/as y voluntarios/as que cumplen con actividades y servicios esenciales durante la emergencia sanitaria causada por la pandemia.
El programa forma parte de la Ley 27.548, llamada “Ley Silvio” por Silvio Cufré, el enfermero de 47 años que trabajaba en Alejandro Korn y fue el primer agente de salud del país que murió en el marco de la lucha contra la pandemia.
La Ley impulsa procedimientos de cuidado en el trabajo y acompañamiento a cada trabajador/a con entrenamiento y capacitación en el uso adecuado de los elementos de protección. Las recomendaciones para los equipos de salud son actualizadas y están disponibles en la página oficial del Ministerio de Salud de la Nación.
Alta demanda y los contagios no cesan
Desde la Federación Sindical de Profesionales de la Salud (Fesprosa) indicaron que ya son más de 24.000 los/as trabajadores/as contagiados y se registraron al menos 80 muertos. Se estima que en total hay unas 750.000 personas que trabajan en la sanidad por lo que, al menos un 3% del personal, ya fue infectado por el virus.
La demanda de profesionales aumenta no sólo porque crecen los contagios y escasea la cantidad de especialistas en las distintas áreas, sino también porque se ausentan los trabajadores infectados. Es así que algunos hospitales llegan a tener un 30 por ciento del personal afectado.
El desgaste vulnera al personal y lo hace más proclive al contagio. Se estima que la mayoría cumple más de 40 horas semanales de trabajo en el marco de una pandemia, con el grado de estrés, presión y angustia que eso conlleva.
Ante este panorama, la tendencia actual es el testeo regular de todo el personal para detectar y aislar a los positivos asintomáticos. También fomentar acciones de cuidado de la salud mental y evitar la extensión de la jornada laboral dentro y/o fuera del establecimiento para prevenir el desgaste laboral.
PENSAR SALUD
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