5 octubre, 2021
El mayor reclamo ambiental de Argentina es la Ley de Humedales, sintetizada en el hashtag #LeydeHumedalesYa.
El pedido de una norma que proteja estos ecosistemas es federal y abarca a todo el abanico de organizaciones sociales, ecologistas e instituciones científicas.
¿Por qué es una demanda tan persistente? Los motivos son varios:
- son ambientes que está presentes en casi todo el territorio nacional,
- son de vital importancia para la vida de las personas y,
- su estado parlamentario está a punto de caerse.
“Es un reclamo con historia, tanto como las leyes de glaciares, bosques y de educación ambiental que ya fueron aprobadas”, asegura Ana Di Pangracio, directora de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN).
El pedido tiene más de 10 años, pero en el último tiempo ha entrado en la agenda porque la gente comprendió por qué son importantes y cuáles son los intereses que están detrás de su degradación y destrucción.
“Es una lucha de organizaciones de todo el país y de todo tipo, además de especialistas y de productores que trabajan en estos ecosistemas. También está en la agenda de las organizaciones más jóvenes”, asegura.
Por su parte Lucila Castro, directora de Natura Internacional, coincide en que se trata de una lucha de hace muchos años y desde numerosas organizaciones de la sociedad civil. “Este año es crítico porque puede perder el estadio parlamentario a fin de año”, apunta.
Puede perder estado parlamentario
Impulsado por los trágicos incendios del Delta del Paraná del año pasado, los congresales presentaron 15 proyectos de ley. Se lograron unificar en un texto, el cual obtuvo un dictamen unificado de varias comisiones en Diputados.
Pero la iniciativa no fue tratada en las sesiones extraordinarias de fines del año pasado. Durante el 2021 fue girado a varias comisiones. A fin de año se renovarán los representantes del Congreso por lo que podría volver a perder estado parlamentario.
“Si no se aprueba antes de fin de año, habría que empezar todo el proceso desde cero”, explica Di Pangracio. Y recuerda que dos proyectos similares ya perdieron estado parlamentario en 2015 y 2018, luego de que lograran media sanción.
“Hay falta de interés de nuestros representantes, pero también ceden a las presiones de quienes no quieren la ley como los sectores agropecuarios, mineros y los desarrollistas urbanos”, asegura.
Las principales amenazas de los humedales son la agricultura y ganadería industriales, la minería y la urbanización, que se suman a las especies exóticas invasoras, la contaminación con residuos industriales y domiciliarios y el cambio climático.
Castro agrega: “No planteamos proteger los humedales con una mirada conservacionista, sino regular su uso productivo cumpliendo ciertos requisitos. Para ello se necesita garantizar un fondo, requiere la participación ciudadana y debe hacerse un inventario sobre la superficie que ocupa y su grado de conservación”.
Hay humedales en todo el país
Los humedales son zonas de la superficie terrestre que están temporal o permanentemente inundadas. Según una estimación, en Argentina abarcarían 600 mil kilómetros cuadrados o el 21 por ciento del territorio. Otro cálculo habla de 336 mil km2.
Los humedales más conocidos quizás sean los Esteros del Iberá y el Delta del Paraná. Pero este ecosistema está presente a lo largo y ancho de toda la Argentina. Un fiel reflejo de esto son los sitios Ramsar del país, humedales con importancia internacional:
- El lago de los Pozuelas en Jujuy, cerca de La Quiaca.
- El glaciar Vicinguerra y sus turberas, en Tierra del Fuego.
- La laguna Mar Chiquita y los Bañados del Río Dulce, en Córdoba y Santiago del Estero.
- La Bahía de Samborombón, en provincia de Buenos Aires.
- El Refugio Provincial Laguna Brava, en La Rioja.
Argentina tiene 23 sitios Ramsar, incluida la Reserva de la Costanera Sur, en la Ciudad de Buenos Aires.
Mejoran la calidad de vida
A pesar de que en el mundo ya desapareció el 87 por ciento del área correspondiente a humedales, siguen siendo omnipresentes en la Tierra. Y su presencia mejora nuestra calidad de vida.
“Tener humedales sanos, protegerlos y regular su uso como propone la ley hace que nosotros tengamos una vida más sana. Estamos hablando de agua, nutrientes y servicios ecosistémicos como retención de contaminantes. Son numerosos los beneficios para la salud”, explica Castro.
En tanto, Di Pangracio apunta que estos ecosistemas tienen un enorme valor biológico pero también cultural y social. “Es uno de los ecosistemas más productivos del planeta. Hay una diversidad de actividades humanas que se pueden desarrollar allí, si se realizan de manera responsable “, explica.
Y asegura que tienen un gran impacto en la salud, sobre todo en niños y personas grandes. “Su presencia ayuda a reducir los niveles de estrés, de violencia y permite generar lazos de amistad. En la pandemia, las ciudades que tienen espacios verdes y azules, como la costanera de un río, llevaron mejor el encierro en la cuarentena”, detalla.
Otros beneficios de los humedales son:
- Agua. Son la principal fuente de agua dulce del planeta, por lo tanto, de agua potable para las personas.
- Cambio climático. Las turberas almacenan el doble de carbono que los bosques, por lo que ayudan a resistir el cambio climático.
- Eventos climáticos extremos. Los humedales son amortiguadores naturales de los eventos naturales extremos como las inundaciones.
- Biodiversidad. El 40 por ciento de las especies de la tierra viven y se reproducen en humedales.
- Alimentos. Los humedales proporcionan importantes productos alimenticios como el pescado y el arroz, que representan el 20 por ciento de la ingesta nutricional mundial.
- Economía. Sustentan a más de 60 millones de personas que se ganan la vida directamente de la pesca y la agricultura.
Por Lucas Viano @LucasViano
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