2 marzo, 2017
La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó su primera lista de «patógenos prioritarios» resistentes a los antibióticos, en la que se incluyen las 12 familias de bacterias más peligrosas para la salud humana. Se ha elaborado para tratar de guiar y promover la investigación y desarrollo (I+D) de nuevos antibióticos, para combatir así el creciente problema mundial de la resistencia a los antimicrobianos.
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La lista elaborada por OMS se encuentra dividida según prioridad crítica, alta o media en tres categorías dependiendo de la urgencia con la que se necesitan los nuevos antibióticos.
Lista OMS de patógenos prioritarios para la I+D de nuevos antibióticos
Prioridad 1: CRÍTICA
- Acinetobacter baumannii, resistente a los carbapenémicos
- Pseudomonas aeruginosa, resistente a los carbapenémicos
- Enterobacteriaceae, resistentes a los carbapenémicos, productoras de ESBL
El grupo de prioridad crítica incluye las bacterias multirresistentes que son especialmente peligrosas en hospitales, residencias de ancianos y entre los pacientes que necesitan ser atendidos con dispositivos como ventiladores y catéteres intravenosos. Son bacterias que pueden provocar infecciones graves y a menudo letales, como infecciones de la corriente sanguínea y neumonías.
Estas bacterias han adquirido resistencia a un elevado número de antibióticos, como los carbapenémicos y las cefalosporinas de tercera generación (qu).
Prioridad 2: ELEVADA
- Enterococcus faecium, resistente a la vancomicina
- Staphylococcus aureus, resistente a la meticilina, con sensibilidad intermedia y resistencia a la vancomicina
- Helicobacter pylori, resistente a la claritromicina
- Campylobacter spp., resistente a las fluoroquinolonas
- Salmonellae, resistentes a las fluoroquinolonas
- Neisseria gonorrhoeae, resistente a la cefalosporina, resistente a las fluoroquinolonas
Prioridad 3: MEDIA
- Streptococcus pneumoniae, sin sensibilidad a la penicilina
- Haemophilus influenzae, resistente a la ampicilina
- Shigella spp., resistente a las fluoroquinolonas
Los niveles segundo y tercero de a llista –las categorías de prioridad alta y media– contienen otras bacterias que exhiben una farmacorresistencia creciente y provocan enfermedades comunes como la gonorrea o intoxicaciones alimentarias por salmonela.
El bacilo de la tuberculosis, cuya resistencia al tratamiento tradicional ha ido en aumento en los últimos años, no fue incluido en la lista porque es objeto de otros programas específicos.
En la lista se pone de relieve especialmente la amenaza que suponen las bacterias gramnegativas resistentes a múltiples antibióticos. Estas bacterias tienen la capacidad innata de encontrar nuevas formas de resistir a los tratamientos y pueden transmitir material genético que permite a otras bacterias hacerse farmacorresistentes.
Cómo se elaboró la lista de OMS
La lista se elaboró en colaboración con la División de Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Tübingen (Alemania), mediante una técnica de análisis de decisiones de múltiples criterios desarrollada por un grupo de expertos internacionales. Los criterios para incluir patógenos en la lista fueron:
- el grado de letalidad de las infecciones que provocan;
- el hecho de que el tratamiento requiera o no una hospitalización larga;
- la frecuencia con que presentan resistencia a los antibióticos existentes cuando infectan a las personas de las comunidades;
- la facilidad con la que se transmiten entre animales, de animales a personas y entre personas;
- si las infecciones que provocan pueden o no prevenirse (por ejemplo, mediante una buena higiene y vacunación);
- cuántas opciones terapéuticas quedan;
- y si se están investigando y desarrollando nuevos antibióticos para tratar las infecciones que causan.
«Los nuevos antibióticos desarrollados contra los patógenos prioritarios que figuran en esta lista contribuirán a reducir las muertes debidas a infecciones resistentes en todo el mundo», dice la profesora Evelina Tacconelli, Jefa de la División de Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Tübingen y una de las personas que más han contribuido a la elaboración de la lista. «Esperar más producirá problemas adicionales de salud pública y repercutirá enormemente en la atención a los pacientes».
La lista tiene por objeto animar a los gobiernos a que establezcan políticas que incentiven la investigación científica básica y la I+D avanzada tanto a través de organismos financiados con fondos públicos como del sector privado que inviertan en el descubrimiento de nuevos antibióticos. Asimismo proporcionará orientaciones a nuevas iniciativas de I+D, como la Alianza mundial de I+D OMS/DNDi para los antibióticos, que está comprometida con el desarrollo de nuevos antibióticos sin ánimo de lucro.
«Esta lista es una nueva herramienta para garantizar que la I+D responda a necesidades urgentes de salud pública», señala la Dra. Marie-Paule Kieny, Subdirectora General de la OMS para Sistemas de Salud e Innovación. «La resistencia a los antibióticos va en aumento y estamos agotando muy deprisa las opciones terapéuticas. Si dejamos el problema a merced de las fuerzas de mercado exclusivamente, los nuevos antibióticos que con mayor urgencia necesitamos no estarán listos a tiempo».
Aunque es esencial aumentar la I+D, esta solo no basta para solucionar el problema. Para luchar contra la resistencia, tiene que haber también una mejor prevención de las infecciones y un uso apropiado de los antibióticos existentes en la medicina humana y veterinaria, así como un uso racional de cualquier nuevo antibiótico que se desarrolle en el futuro.
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