«Granja» holandesa ofrece vida comunitaria a personas con demencia

hombre en la huerta
24 octubre, 2018
A primera vista, Reigershoeve parece una típica granja holandesa. Las hortalizas crecen en bancales elevados, las gallinas ponen huevos y las cabras pacen en el prado. Sin embargo, es el hogar de 27 personas con demencia, un trastorno cerebral progresivo que afecta a la memoria y a la capacidad de realizar actividades cotidianas.

En los Países Bajos, los pequeños centros de atención ofrecen la posibilidad de vivir en comunidad a personas con demencia a las que ya no se puede atender en sus propios hogares.

En Reigershoeve, cuatro viviendas grupales que bordean un gran jardín albergan, cada una, 6 o 7 residentes y un asistente. Los residentes disponen de un salón y una cocina de uso comunitario, pero se pueden retirar a sus apartamentos individuales equipados si desean privacidad. Los residentes ayudan al asistente con las tareas domésticas, cocinan sus comidas o salen a caminar cuando lo desean. Se fomenta vivamente la independencia.

«Es importante que las personas con demencia sientan la libertad y la normalidad todos los días», dice Dieneke Smit, Directora de Reigershoeve. «Cuando lo desean, nuestros residentes pueden salir al exterior y disfrutar de un entorno seguro. Dedicamos tiempo a conocer sus hábitos cotidianos para hacerlos sentir como en casa.»

Atención de calidad coordinada para todos

En 2012, en el marco del informe «Demencia: una prioridad de salud pública», la OMS pidió a los países que invirtieran en sistemas de salud y seguridad social a fin de mejorar la atención y los servicios para las personas con demencia y sus cuidadores. Los Países Bajos han tomado la delantera en el desarrollo de planes nacionales para atender a las 250 000 personas con demencia que, según se estima, viven en el país.

Las personas con demencia viven, en promedio, ocho años a partir del diagnóstico; los seis primeros los pasan en sus hogares, y los dos últimos en centros de atención. La coordinación de esa transición para las personas con demencia y sus familias en los Países Bajos no fue siempre fácil. Las familias y los pacientes no tenían un contacto central que les ayudara a coordinar todos los servicios necesarios.

«En los Países Bajos determinamos que era preciso reforzar la coordinación de la atención», explica Jacqueline J. M. Hoogendam, especialista en demencia del Ministerio de Salud, Bienestar y Deporte. «A las personas con demencia les resultan beneficiosos los protocolos de atención claros y, en una situación ideal, una ventanilla única para todas sus necesidades y deseos.»

En el último decenio, el Programa Nacional de los Países Bajos para la Demencia, creado en consulta con los cuidadores, estableció normas nacionales de tratamiento y alojamiento para personas con demencia, organizó gestores de casos para elaborar planes de atención al paciente, e incrementó la participación comunitaria en la atención informal. Además, el país está financiando proyectos de investigación orientados a estudiar todos los aspectos de la demencia, desde las causas hasta el diagnóstico, el tratamiento, la prevención y el apoyo a las personas que la padecen y a sus cuidadores.

Llevar atención de calidad a los hogares

Antes del establecimiento del Programa Nacional de los Países Bajos para la Demencia, las opciones de atención consistían en permanecer en casa y viajar hasta los lugares de prestación de servicios. O vivir en grandes centros residenciales de atención, diferentes entre sí en cuanto a calidad y servicio. Esto hizo que las personas con demencia y sus cuidadores buscaran otras opciones, dice Dieneke Smit, cuya abuela, abuelo y tío tuvieron demencia, lo que motivó que ella y su padre abrieran Reigershoeve.

En la actualidad, los Países Bajos están trabajando para llevar más atención a los hogares de las personas con demencia, a fin de permitirles permanecer en sus viviendas el mayor tiempo posible.

«Tratamos de ofrecer atención de modo tal que permita a las personas permanecer en sus propias casas tanto tiempo como sea posible,» dice la Dra. Hoogendam. «A partir de enero de 2015 ofrecemos a las personas con demencia y otras enfermedades la posibilidad de recibir atención de enfermería a domicilio, siempre que sus redes sociales puedan facilitar este tipo de atención intensiva.»

Si las personas ya no pueden vivir en sus hogares, el seguro público holandés sufraga la atención de enfermería a domicilio, incluso en centros pequeños como Reigershoeve. No obstante, la mayor parte de los centros basados en la vida comunitaria están completos.

«El Programa Nacional de los Países Bajos para la Demencia proporciona atención organizada más cerca de los hogares, a fin de que las personas con demencia se integren plenamente en sus comunidades locales,» dice la Dra. Hoogendam.

Cortesía de Reigershoeve – OMS
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