21 agosto, 2022
Fue reconocido recién en la década del 60 como una entidad patológica y parece cada vez más frecuente en los niños, y también en los adultos. Se estima que el 7% de la población mundial lo padece, aunque en Estados Unidos las cifras en la infancia y adolescencia trepan al 10%. Hoy se estudia si mejorando la dieta y la alimentación se podría ayudar a los pacientes con Trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH).
Entender el TDAH: síntomas diferenciales
El TDAH suele confundirse en algunos chicos con otras patologías, como el autismo y el trastorno negativista desafiante, pero los especialistas señalan que tiene síntomas diferenciales.
Las características que distinguen a las personas con trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH) son:
- Dificultad para mantener la atención enfocada, distracción permanente, desorganización.
- Impulsividad, dificultad para esperar turnos.
- Actividad incesante (cambiarse de banco, hablar sin parar, agitación).
- Sensación de estar sobrepasado, abrumado.
- Problemas para dormir.
- Problemas de aprendizaje, aburrimiento.
- Baja autoestima.
La mayoría de los pacientes con TDAH mejoran con medicación (en general, se usan estimulantes, como el metilfenidato o anfetaminas) y con terapia cognitiva, que les permite regular sus emociones e impulsividad. Pero todavía falta mucho por investigar en este trastorno, que afecta significativamente la calidad de vida de las personas que lo padecen y a sus familias.
Las claves entre dieta, alimentación saludable y déficit de atención e hiperactividad (TDAH)
Un estudio reciente mostró que la dieta y la alimentación pueden tener efectos benéficos sobre los niños que padecen el trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH).
Consumir más frutas y verduras se asocia con síntomas menos severos, según investigadores de Estados Unidos y Canadá. “Cuando los chicos empiezan a mostrar síntomas más graves, los médicos suelen subirles la medicación o cambiársela, pero vale la pena tomar en cuenta qué y cuánto están comiendo para ver si eso influye en la severidad del trastorno”, apunta Irene Hatsu, profesora de Nutrición de la Ohio State University. Hatsu es una de las autoras del estudio MADDY, que investigó el rol de la dieta en el TDAH.
¿Cómo puede la alimentación tener efecto sobre síntomas neuropsicológicos?
Los especialistas en TDAH sostienen que el trastorno tiene muchas causas, incluida la genética. Pero involucra siempre un desbalance en los neurotransmisores que conducen los mensajes de una neurona a otra.
Las vitaminas y los minerales que contienen los vegetales y las frutas son indispensables para fabricar esos neurotransmisores y para que funcionen en forma adecuada, según Hatsu.
Tal vez, mejorando la dieta se podría ayudar a estos pacientes. De hecho, un ensayo clínico de 8 semanas con suplementos dietarios (vitaminas y minerales esenciales) mostró que chicos con TDAH pudieron regular mejor sus emociones y su irritabilidad, además de mejorar su crecimiento.
Ampliar los tratamientos
“Ningún tratamiento es 100% efectivo para todos los que padecen TDAH”, explicó L. Eugene Arnold, profesor emérito de Psiquiatría en la Universidad de Ohio y uno de los responsables del ensayo clínico. “Se estima que dos tercios de los pacientes responden bien a la primera droga estimulante, a pesar de los efectos adversos que tienen. Es alentador que la mitad de los chicos hayan respondido a este tratamiento (minerales y vitaminas) relativamente seguro”.
Habrá que hacer más estudios para precisar qué tipo de alimentos benefician más a los chicos con este trastorno. Pero los especialistas confían en que el rango de tratamientos se ampliará en el futuro para ayudar a quienes padecen el trastorno, que se acompaña generalmente por ansiedad o depresión.
Actualmente, 2 de cada 5 adultos con TADH logran vivir con bienestar y buena salud mental. Alimentarse bien y practicar ejercicio son dos medidas que pueden colaborar para aumentar esa cifra, especialmente entre las mujeres, quienes hoy padecen más de TADH sin diagnosticar, según Esme Fuller-Thompson, profesora de la Facultad de Trabajo Social de la Universidad de Toronto, en Canadá.
Aceptar y comprometerse
La terapia cognitiva-conductual es uno de los tratamientos que mejores resultados dan para tratar el TDAH. “Hoy el enfoque es que la persona maneje su trastorno, y no que el trastorno la maneje a ella”, señala Linda Wagner, psicoterapeuta argentino-israelí con experiencia en niños y adultos con ADHD. “El paciente tiene que aceptar su trastorno y comprometerse a actuar de maneras concretas que lo ayuden a vivir mejor a diario”, indica Wagner. De esto se trata el tratamiento conocido como ACT (siglas en inglés de Acceptance and Commitment Therapy).
La clave, dice la especialista, es no quedarse adherido al rótulo patológico. También buscar cómo disminuir o evitar las situaciones sociales que, en cada persona, fomentan los síntomas. “Si alguien se da cuenta de que no puede quedarse sentado, tendrá que realizar su aprendizaje en movimiento o estar parado mientras trabaja. Al tener problemas de impulsividad, tendrá que ver cómo inhibir su respuesta. Cuando le cuesta concentrarse, podrá salir a correr antes de ponerse a estudiar. Los métodos para resolver problemas –incluidos los fármacos- son muchos y difieren para cada persona”, explica Wagner.
Los casos de TDAH no parecen haber aumentado tras la pandemia, pero sí la ansiedad social y la depresión, tanto en chicos como en adultos, dice la psicóloga especializada en trastornos de aprendizaje. “Hay muchas cosas que se ponen de moda para el TDAH y que no tienen respaldo, pero lo importante es no quedarse adherido al diagnóstico, tomar conciencia de cómo influye el trastorno en tu vida, qué depende de vos y qué de los otros, y trabajar para modificar cosas concretas”, recomienda Wagner.
Por Alejandra Folgarait @alefolgarait
REDACCIÓN PENSAR SALUD
redaccion@pensarsalud.com.ar ¡Escribínos!
Tags: alimentación saludable | Alimentación y TDAH | anfetaminas | déficit de atención e hiperactividad | infancia | metilfenidato | pediatría | salud mental y niños | TDAH | terapia cognitiva