22 julio, 2022
La Asociación Americana de Pediatría (AAP) establece que la actividad física y el deporte en los niños y adolescentes deben tener como fin la diversión y el aprendizaje de habilidades para toda la vida, pero ¿qué problemas se presentan cuando se alteran esos objetivos y se imponen metas competitivas a la actividad física en niños y adolescentes?
Pasarse de la raya
La AAP conceptualiza sobre actividad física en niños y adolescentes en un documento que cita un estudio realizado en atletas de la escuela secundaria. Los resultados del estudio mencionado muestran un mayor riesgo de lesión cuando el volumen de entrenamiento supera las 16 horas semanales.
“Una prescripción inadecuada del entrenamiento puede ser tan perjudicial como el otro extremo, que sería el sedentarismo. La dosificación de cargas, intensidades, ritmos y frecuencias de entrenamiento deben ser acordes a la etapa de crecimiento y desarrollo de la persona”, explica Fernando Ulloque, pediatra y médico deportólogo.
Héctor Pedicino, miembro de la filial Córdoba de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) y docente de la Universidad Nacional de Córdoba, agrega: “Entre los niños que entrenan mucho puede haber lesiones que van a depender del tipo de actividad física que hagan. Hay algunos deportes de contacto que tienen traumatismo, pero no estamos viendo más lesiones en este época que antes de la pandemia”.
Ulloque enumera algunos de los riesgos físicos de un sobre entrenamiento en niños y adolescentes. La lista de riesgos incluye:
- Déficit energético
- Amenorreas primarias
- Lesiones osteo-mio-articulares
- También riesgos psicológicos, como saturación y abandono deportivo.
Los peligros de la actividad física competitiva en niños y adolescentes
La actividad física es importante para el desarrollo físico, mental y social de los niños y adolescentes. Sin embargo, algunos padres y madres les demandan un entrenamiento de competición y especialización a sus hijos. También los adolescentes se autoexigen durante los entrenamientos.
“Los jóvenes deportistas que se especializan demasiado pronto corren el riesgo de sufrir problemas físicos, emocionales y sociales”, asegura el documento de la AAP.
Ulloque coincide con esta afirmación: “Existe la percepción entre muchos padres de que para obtener una ventaja deportiva o asegurar resultados exitosos es necesario una especialización precoz en una sola disciplina y con máxima intensidad. Pero el resultado suele ser un abandono precoz de la actividad”.
La AAP señala algunos problemas asociados a la especialización temprana en un deporte:
- Aislamiento social de sus compañeros y relaciones alteradas con la familia.
- Comportamientos socialmente inadaptados, ansiedad y depresión.
- Lesiones por sobre entrenamiento.
Hasta la pubertad, la diversificación deportiva disminuye las posibilidades de sufrir lesiones, estrés y agotamiento. Otro estudio determinó que la especialización deportiva duplica el riesgo de lesiones en comparación con los adolescentes que realizan gimnasia de manera libre.
“La combinación de estos resultados adversos podría llevar a una disminución de la actividad física durante toda la vida”, asegura la AAP.
Lo que sí es imprescindible para una niñez y adolescencia activa
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un mínimo de 60 minutos por día de actividad física de intensidad moderada a vigorosa en NNA de 5 a 17 años. En Finlandia, uno de los países con la población pediátrica más saludable, las escuelas ofrecen tres horas diarias de ejercicio.
Lamentablemente, en Argentina la ausencia de actividad física también es un problema grave y muchos niños y adolescentes no alcanzan siquiera el objetivo propuesto por OMS.
Fernando Ulloque, pediatra y médico deportólogo, aclara que la recomendación de la OMS es un mínimo general para evitar el sedentarismo.
“Para que sean suficientes y adecuados a la maduración individual del organismo en desarrollo, los estímulos de la actividad física dependen de factores genéticos, ambientales y de la edad biológica (edad de desarrollo) que no siempre coincide con la edad cronológica (edad de nacimiento) de cada niño o niña”, explica.
Ulloque da un ejemplo de los objetivos de la actividad física según edades, aunque advierte que hay que realizar un análisis individual de crecimiento y desarrollo biológico de cada niño:
- 4 a 7 años. Desarrollo de la habilidad motora en general, conocimiento del esquema corporal y multilateralidad, a través del juego.
- 8 a 12 años. Actividad predeportiva o minideportes. En la última etapa, desarrollo de la habilidad motora específica y gesto deportivo (Ejemplos: lanzamiento en el básquet, patada y braceo en la natación, etc.).
- 13 a 18 años. Especialización deportiva y entrenamiento específico.
Qué tener en cuenta antes de la actividad física de niños y adolescentes
Un documento de la SAP destaca la importancia de una constancia de salud o certificado médico de los niños y adolescentes que realizan actividad física. Según la SAP debería incluir no solo el examen físico, sino también la historia de salud personal y familiar, y un examen nutricional, entre otra información.
Al respecto, Pedicino detalla que si un niño sano va a realizar actividades no federadas, no hace falta ningún estudio complementario, como un electrocardiograma. Pero este estudio sí es necesario en los adolescentes, ya que se observa un aumento de arritmias en este grupo etario. En las actividades físicas federadas se pide un examen físico más exhaustivo.
El pediatra advierte también que la actividad física reglada, como los adolescentes que van al gimnasio, debe realizarse bajo la supervisión de un profesional. De otro modo,el riesgo es un aumento de lesiones y otros problemas socioemocionales.
Antes que todo, niños y adolescentes en movimiento
La cuarentena por la pandemia provocó niveles altos de sedentarismo en niños y adolescentes. Pedicino detalla los enormes riesgos de la inactividad física en niños y adolescentes:
- Aumento de obesidad y de trastorno cardiovasculares.
- Aumento de lesiones cuando deciden hacer actividad física.
- Aumento de trastorno visuales.
- La actividad física es una medida de prevención para evitar la diabetes y la hipertensión desde edades tempranas.
Otras consecuencias son:
- Dinapenia pediátrica. Bajos niveles de fuerza y potencia muscular que no vinculada a una enfermedad.
- Analfabetismo físico. Falta de desarrollo de las habilidades y competencias físicas en los primeros años de vida.
Héctor Pedicino, asegura que todavía algunos chicos siguen muchas horas quietos, lo que representa un problema importante de salud. “El exceso de pantallas hace que pierdan actividad física y aumenta el sedentarismo”, asegura.
Por Lucas Viano @LucasViano
REDACCIÓN PENSAR SALUD
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