11 mayo, 2022
Agua, aire y tierra. Las actividades humanas contaminan todos los rincones del planeta. Pero hay una polución menos pensada: la contaminación lumínica amenaza el ambiente y la calidad de vida las personas. El 23% de la superficie terrestre presenta este problema, según un estudio publicado en Science.
¿Qué es contaminación lumínica?
Contaminación lumínica es la emisión del flujo luminoso artificial con intensidades, direcciones o rangos espectrales inadecuados.
Desde hace años, los astrónomos vienen advirtiendo sobre esta problemática que afecta la observación de las estrellas. Si levanta la cabeza, un tercio de los habitantes del mundo no podrá ver la Vía Láctea en el cielo nocturno.
Pero el impacto de las luces artificiales es más terrenal. Amenaza el ambiente y la calidad de vida.
Ambiente: amenazas de la contaminación lumínica para la flora y fauna
El día y la noche están codificados en nuestro ADN. Los seres vivos tenemos relojes biológicos que se sincronizan con la presencia/ausencia de luz. Regulan las horas de descanso, de alimentación, la reproducción y la supervivencia. Las luces artificiales que invaden la Tierra están alterando esto. Algunas de las alteraciones que está produciendo la contaminación lumínica son:
- En algunas especies vegetales: alteración de su régimen de fotosíntesis.
- En especies animales: las que se refugian en la oscuridad de sus predadores ya no lo pueden hacer.
- Otras especies que ejecutan procesos de autorreparación en las horas oscuras, pierden esa oportunidad.
- Las luces artificiales se confunden con la Luna y las estrellas. Algunas especies se desorientan, porque utilizan esas luces naturales para orientarse.
Christopher Kyba, uno de los mayores expertos en contaminación lumínica, asegura que la introducción de la luz artificial probablemente representa el cambio más drástico que los seres humanos han hecho en su entorno.
“Cerca de las ciudades, los cielos nublados ahora son cientos o incluso miles de veces más brillantes que hace 200 años. Apenas estamos comenzando a aprender qué efecto tan drástico ha tenido esto en la ecología nocturna”, asegura el experto.
Ambiente: amenazado por la contaminación lumínica
Anfibios. Las ranas y sapos croan de noche como un ritual para encontrar pareja para su reproducción. Se ha demostrado que el resplandor de las luces artificiales en humedales cerca de las ciudades interfiere en los apareamientos y está reduciendo las poblaciones.
Pájaros. Las aves migratorias navegan en la noche, guiadas por la luz de la Luna y las estrellas. La luz artificial puede hacer que se desvíen de su curso y se dirijan hacia las ciudades donde mueren al chocar con edificios iluminados. A su vez, los pájaros que viven en regiones con contaminación lumínica anidan hasta un mes antes que los que viven lejos de las luces humanas.
Insectos. Los insectos se sienten atraídos por la luz. Pero esa afinidad puede alterar su reproducción. Un estudio realizado por Andrea Cocucci, biólogo de Conicet en Córdoba, determinó que las luces alteran la polinización nocturna. Por más insignificantes que sean, los insectos forman parte de una red trófica que se ve alterada por las luces artificiales.
Océanos. La polución por la luz llega hasta las profundidades de los océanos en la zona cercanas a las ciudades costeras, lo cual altera los comportamientos de la vida marina.
Amenazas de la contaminación lumínica para la salud
El exceso de luz también afecta la calidad de vida de las personas. “La contaminación lumínica produce problemas ambientales, cambios comportamentales debido a la desincronización del sistema circadiano. Además, provoca daños directos sobre la retina”, asegura María Ana Contin, investigadora del Conicet y la Universidad Nacional de Córdoba, que estudia esta problemática en modelos animales.
La científica explica que las ciudades con mucha iluminación LED podrían tener efectos en la desincronización circadiana (por la exposición nocturna a las luces). Los ritmos circadianos son los relojes biológicos que configuran diferentes funciones fisiológicas.
Varios estudios detectaron una correlación entre la contaminación lumínica y un aumento en el riesgo de obesidad, depresión, trastornos del sueño, diabetes y cáncer de mama, entre otras enfermedades.
En ausencia de luz, nuestro organismo produce melatonina, una hormona que induce el sueño, estimula el sistema inmunológico y ayuda al funcionamiento de la tiroides, el páncreas y otros órganos. La exposición nocturna a la luz artificial reduce la producción de esta hormona.
La luz azul es la más peligrosa
“La luz azul es la longitud de onda más nociva para la fisiología retinal”, asegura Contin. Este tipo de luz está en mayor concentración en la iluminación LED, que ahora se utiliza en el alumbrado público.
Sin embargo, la mayor fuente de exposición son las pantallas de celulares, tablets, televisores y computadoras. “El uso de esta tecnología despertó el interrogante de qué efectos puede provocar sobre la salud retinal, tanto a mediado como a largo plazo”, comenta la investigadora.
Y explica que los estudios preliminares en modelos animales demuestran que las luces LED generan daños directos sobre los fotorreceptores (células especializadas en recibir la luz).
“Nuestra hipótesis es que el mal uso de la iluminación artificial a largo plazo podría provocar injurias directas sobre la salud de la retina y/o acelerar procesos degenerativos en personas con patologías existentes”, explica Contin.
Aunque advierte: “Sin embargo, para extrapolar estos estudios en humanos es necesario realizar evaluaciones más específicos como encuestas en consultorio y análisis de electrorretinografía en pacientes sanos y con patologías”.
La contaminación lumínica amenaza el ambiente y la calidad de vida ¿qué hacer?
Contin enumera una serie de recomendaciones para minimizar el efecto de la luz artificial y contaminación lumínica en nuestra salud:
- Minimizar o anular el uso de fuentes de luz LED en horarios nocturnos para evitar la alteración del sistema circadiano y prevenir daños retinales directos.
- Usar filtros azules. Existen lentes que filtran la luz azul que emiten las pantallas.
- En los sitios de la casa donde permanecemos mucho tiempo (cocina o living) se debería usar luces de bajo consumo y no LED. En todo caso, elegir luces LED cálidas y no frías, las cuales tienen mayor componente de luz azul.
- Usar los celulares con el modo “noche” o ajustarlo para que usen un filtro de luz azul.
Por Lucas Viano @LucasViano
REDACCIÓN PENSAR SALUD
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