26 enero, 2022
Mucho antes del COVID-19, el virus que más preocupaba a los argentinos durante el verano era el dengue. Sin embargo, los mosquitos pueden traer otros virus peligrosos: zika y chikunguña. Los cuadros que generan son más dolorosos y pueden dejar secuelas, además de ser potencialmente mortales como el dengue.
Chikunguña provocó un importante brote en América entre 2013 y 2014, mientras que zika surgió con mucha fuerza en la región en 2015. “La preocupación más grande es que se trata de enfermedades con efectos más graves que el dengue”, asegura Tomás Orduna, jefe del Servicio de Patologías Regionales y Medicina Tropical del Hospital Muñiz.
Verano 2022 sin dengue, por ahora
El especialista advierte que, por el momento, el verano 2022 se presenta “bastante tranquilo” en cuanto a la circulación de virus transmitidos por el mosquito Aedes aegypti.
“Hasta ahora no ha habido casos de ninguno de ellos en Argentina. En la región hay una disminución de dengue, probablemente, por el menor movimiento debido a la pandemia. Si los humanos no se mueven de un lugar a otro, los mosquitos tienen menos chances de convertirse en vectores”, señala Orduna.
Sin embargo, advierte que se deber seguir vigilando y aplicando las medidas de prevención porque en Argentina la temporada de mosquitos finaliza recién a fines de mayo.
El último Boletín Epidemiológico del Ministerio de Salud de la Nación confirma que durante esta nueva temporada no se han confirmado casos de dengue, zika y chikunguña.
A lo largo del 2021, se registraron 3.972 confirmados de dengue. El documento asegura que Argentina no registra circulación de chikunguña desde 2016 y de zika desde 2018.
¿Pueden volver el zika y la chikunguña?
Pero Orduna asegura que estos virus podrían reingresar al país. “No desaparecieron de la región. Se observan pequeños brotes en lugares puntuales de Brasil, Colombia y el Caribe, a veces en cocirculación con el dengue”, detalla.
Sobre el final de 2021, Brasil mostró un crecimiento de los casos de chikunguña y un descenso en los reportes de dengue.
Finalmente, este país confirmó 62 mil casos de chikunguña y 11 muertes y 3.300 de zika con dos fallecidos en 2021. También se notificaron algunos casos en Bolivia.
Orduna comenta que no está claro por qué no se expandieron como el dengue ya que están asociados al mismo vector.
Una hipótesis es que en las zonas endémicas la población ya logró la inmunidad de rebaño que detiene la circulación viral y, con ello, se logró frenar la expansión hacia otras regiones.
A su vez, la baja vigilancia epidemiológica en la región y la posibilidad de que estos virus muten hacen pensar que podrían generarse nuevos brotes.
Además, la experiencias de otros arbovirus (dengue, virus del Nilo Occidental y virus de Saint Louis) indican que este tipo de patógenos que van y vienen con los años.
Efectos en la salud del zika
En los brotes anteriores, zika mostró rápidamente una primera ola con complicaciones. “En algunos casos genera un cuadro neurológico conocido como síndrome de Guillain-Barré. Es una enfermedad desmielinizante que producen otros virus, pero que en Zika mostró una prevalencia más alta”, explica Orduna.
Según un estudio en Brasil, alrededor del 1 % de los casos reportados de zika terminaron con este síndrome que puede generar desde hormigueo en las extremidades y cansancio general, hasta una parálisis corporal total.
Pero, para Orduna, “la gran tragedia del zika” son los daños en el desarrollo neurológico de niños que está en vientre materno. “Provoca abortos, niños nacidos con microcefalias y no sabemos qué otros problemas más a largo plazo”, señala.
Un estudio en EE.UU. determinó que el 6 % de los embarazos en los que la madre se infectó con zika terminó dando a luz a un bebé con defectos de nacimientos.
Pero los médicos aconsejan que en el 94 % restante, el niño reciba un seguimiento periódico para controlar posibles efectos a largo plazo.
Entre 2016 y 2018 se reportaron diez casos de embriopatías asociadas a zika en Argentina. Presentaron microcefalia junto con otros problemas neurológicos.
Efectos en la salud de la chikunguña
Al principio de la infección, los cuadros de zika y chikunguña se parecen a los del dengue ya que pueden generar:
- Fiebre alta (a veces más de 40 grados).
- Enrojecimiento de la piel (eritrema) o erupción cutánea (rash).
- Dolor en las articulaciones.
- Dolor de cabeza, fatiga, problemas digestivos y conjuntivitis.
Pero chikunguña puede desencadenar en una fase crónica. “Chikunguña genera una panartirits infecciosa. Esta manifestación puede superar el año y volverse crónica, muy parecido a una artritis reumatoide”, advierte Orduna.
Prevención contra el dengue, zika y chikunguña
Un detalle no menor, el dengue ya cuenta con algunas vacunas en el mercado y otros más prometedoras, pero no son los casos de zika y chikunguña. Tampoco hay tratamientos específicos.
La única salida es la prevención. Si no hay mosquitos no hay dengue, chikunguña ni zika.
Las medidas de prevención son:
- Eliminar elementos que tengan la capacidad de almacenar agua de lluvia donde los mosquitos ponen huevos y las larvas eclosionan.
- Usar repelentes e insecticidas dentro del domicilio.
- Uso de mosquiteros en aberturas.
- Tul mosquiteros para cubrir camas.
- Hacer control de foco cuando se detecta un caso positivo. Se puede sumar la fumigación en la zona para eliminar a los mosquitos adultos, además del descacharrado.
Por Lucas Viano @LucasViano
REDACCIÓN PENSAR SALUD
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