24 marzo, 2020
«Quedarte en casa” es hoy única vacuna para frenar el avance del coronavirus en el país. El aislamiento social es la forma que encuentran las autoridades para “achatar la curva” de contagios y ralentizar la propagación de la enfermedad.
El desafío es lograr que los contagios no se disparen como sucedió en otros países. El coronavirus se convirtió en una pandemia, con grandes cadenas de transmisión en ciudades de Italia, Irán, Corea del Sur y Japón. La mayor propagación se registró en las primeras etapas, antes de que las medidas de mitigación tengan impacto.
Achatar la curva es evitar un pico muy alto del número de nuevas infecciones en poco tiempo. Una curva más «chata» significa menos infectados en un día. Es lo que se necesita para que los hospitales no se saturen, se reactive pronto la economía y se llegué de la mejor manera al momento en que aparezca la vacuna que logre detener al COVID-19.
El caso chino
En China, el país donde se originó, la manera para no registrar nuevos casos fue la aplicación de una cuarentena obligatoria mediante medidas estrictas. La tasa de infección se desaceleró en las últimas semanas y durante varios días no se registraron contagios nuevos. Este resultado es alentador para el resto de los países donde el virus se propaga. Singapur y Hong Kong son otros dos países con pocos casos gracias a la acción temprana del gobierno y el distanciamiento social implementado por los ciudadanos.
En una publicación de la revista británica The Lancet, el epidemiólogo Roy Anderson analiza que el distanciamiento social proporciona tiempo para que los servicios de salud traten casos y aumenten la capacidad de atención. También para ganar tiempo mientras se desarrollan vacunas y tratamientos contra el virus.
Cuanto mayor es la reducción en la transmisión, más larga y más plana es la curva epidémica, con el riesgo de resurgimiento cuando se levanten las intervenciones para mitigar el impacto económico.
Según Anderson, en caso de no respetarse el aislamiento, el virus puede infectar al 60% de la población.
Visto bueno para el país
Ante la cuarentena obligatoria vigente desde el viernes 20, la representante de la Organización Mundial de la Salud en Argentina, Maureen Birmingham, sostuvo que el país «está llevando adelante medidas de manera rápida, audaz y con firme decisión que pueden cambiar esta curva de contagios de coronavirus a algo más plana y lenta”.
Birmingham señaló que la cuarentena obligatoria “puede evitar un desborde del sistema y además comprar más tiempo para el desarrollo de mejores tratamientos y vacunas”.
La vacuna contra el coronavirus
Es probable que ninguna vacuna o medicamento antiviral efectivo esté disponible pronto. El desarrollo de la vacuna está en marcha, pero los problemas clave no son si se puede desarrollar una vacuna, sino dónde se realizarán los ensayos y quién fabricará la vacuna a escala.
Los ensayos se deben hacer en un lugar donde haya una transmisión continua de la enfermedad. La fabricación a escala requiere que los grandes fabricantes de vacunas asuman el desafío y trabajen en colaboración con las compañías de biotecnología que están desarrollando candidatos para vacunas.
De acuerdo a las estimaciones de Anderson y su equipo, este proceso llevará tiempo y es probable que haya que esperar de 1 año a 18 meses de una producción sustancial de vacunas.
PENSAR SALUD
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